Durante el reclutamiento se preguntó a los participantes si habían recibido tratamiento por ambliopía en la infancia y si todavía padecían la afección en la edad adulta. También se les preguntó si tenían un diagnóstico médico de diabetes, presión arterial alta o enfermedad cardiovascular/cerebrovascular (angina, ataque cardíaco, ictus).
Al mismo tiempo, se midieron sus niveles de IMC (índice de masa corporal), glucosa en sangre y colesterol y se realizó un seguimiento de la mortalidad.
Los investigadores confirmaron que de 3.238 participantes que informaron tener un 'ojo vago' cuando eran niños, el 82,2% tenía una visión reducida persistente en un ojo cuando eran adultos.
Los hallazgos mostraron que los participantes con ambliopía infantil tenían un 29% más de probabilidades de desarrollar diabetes, un 25% más de probabilidades de tener hipertensión y un 16% más de probabilidades de tener obesidad. También tenían un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco, incluso cuando se tenían en cuenta otros factores de riesgo de estas afecciones (por ejemplo, otras enfermedades, etnia y clase social).
Este mayor riesgo de problemas de salud se encontró no solo entre aquellos cuyos problemas de visión persistían, sino también, hasta cierto punto, en aquellos que habían tenido ambliopía cuando eran niños y visión 20/20 como adultos, aunque la correlación no fue tan fuerte.
«La ambliopía es una afección ocular que afecta hasta a cuatro de cada 100 niños. Es raro tener un 'marcador' en la infancia que se asocie con un mayor riesgo de enfermedades graves en la vida adulta, y también uno que se mida y conozca para todos los niños mediante exámenes de detección de la población. El gran número de niños afectados y sus familias tal vez quieran pensar en nuestros hallazgos como un incentivo adicional para intentar lograr estilos de vida saludables desde la infancia», señala el autor correspondiente, el profesor Jugnoo Rahi, del Instituto de Salud Infantil Great Ormond Street de la UCL, Instituto de Oftalmología de la UCL y Hospital Great Ormond Street.
Un informe reciente de la Academia de Ciencias Médicas en el que participan algunos investigadores del Instituto de Salud Infantil Great Ormond Street de la UCL, instó a los responsables políticos a abordar el deterioro de la salud física y mental de los niños menores de cinco años en el Reino Unido y priorizar la salud infantil. El equipo espera que su nueva investigación ayude a reforzar este mensaje y resaltar cómo el bienestar infantil sienta las bases de la salud de los adultos.
«La visión y los ojos son centinelas de la salud general: ya sea una enfermedad cardíaca o una disfunción metabólica, están íntimamente relacionados con otros sistemas de órganos. Ésta es una de las razones por las que examinamos la buena visión en ambos ojos. Hacemos hincapié en que nuestra investigación no muestra una relación causal entre la ambliopía y la mala salud en la edad adulta. Nuestra investigación significa que el adulto promedio que tuvo ambliopía cuando era niño tiene más probabilidades de desarrollar estos trastornos que el adulto promedio que no tuvo ambliopía. Los hallazgos no significan que todos los niños con ambliopía desarrollarán inevitablemente trastornos cardiometabólicos en la vida adulta«, aclara el primer autor, el doctor Siegfried Wagner, del Instituto de Oftalmología de la UCL y Hospital Oftalmológico Moorfields.