Un análisis comparativo de ADN realizado por un equipo internacional de científicos reveló que los pobladores actuales de ascendencia maya y mixta presentan "cicatrices" genéticas de epidemias que afectaron a las sociedades indígenas durante la era colonial.
El estudio, publicado en la revista Nature, examinó el ADN de restos óseos de 64 individuos que vivieron entre los años 500 y 900, encontrados en un entierro masivo en un chultún cerca de un cenote sagrado en la antigua ciudad de Chichén Itzá, en el estado de Yucatán, al sureste de México. Esta información fue comparada con el ADN de 68 habitantes actuales de la localidad de Tixcacaltuyub y con otros datos genómicos regionales.
Los resultados indicaron que las poblaciones actuales preservan el legado genético de sus ancestros mayas, excepto en una región del genoma relacionada con la inmunidad, específicamente en el complejo del antígeno leucocitario humano (HLA). Esto sugiere señales de adaptación a enfermedades infecciosas introducidas en el continente americano durante la época colonial.
El estudio mostró una continuidad genética a largo plazo en la región maya, pero también evidenció cambios en la frecuencia de alelos en los genes de inmunidad en el locus clase II del antígeno leucocitario humano. En particular, se observó un incremento en los alelos HLA-DR4, los cuales ofrecen mayor resistencia a la infección por Salmonella enterica, el agente causante de la fiebre tifoidea, previamente identificada en un entierro masivo en Oaxaca y asociada con la epidemia de cocoliztli de 1545.