Un nuevo estudio desafía las ideas convencionales sobre el momento en que las personas con válvulas cardíacas defectuosas pero asintomáticas deberían someterse a cirugía. Según esta investigación, publicada en el New England Journal of Medicine, estos pacientes podrían beneficiarse significativamente si se les realiza un reemplazo de válvula de inmediato mediante un procedimiento mínimamente invasivo.
Los hallazgos podrían transformar el tratamiento de la estenosis aórtica severa, que implica el estrechamiento de la válvula que regula el flujo sanguíneo desde el corazón. Hasta ahora, muchos médicos preferían un enfoque de observación y espera para estos casos.
El estudio reveló que reemplazar las válvulas antes de que los pacientes desarrollaran síntomas reduce a la mitad el riesgo de hospitalización por problemas cardíacos durante al menos dos años. En los resultados, se registró un 8,4% de mortalidad entre quienes se sometieron a cirugía temprana, frente al 9,2% de aquellos en vigilancia. Además, el accidente cerebrovascular afectó al 4,2% de los pacientes operados, en comparación con el 6,7% de los que optaron por la observación. Asimismo, el 20,9% de los pacientes operados fueron hospitalizados por causas cardiovasculares no planificadas, en contraste con el 41,7% de los que esperaron.
Los investigadores concluyeron que una estrategia de cirugía temprana es superior a la vigilancia clínica en la reducción de la mortalidad, accidentes cerebrovasculares y hospitalizaciones no planificadas. Además, alrededor del 70% de los pacientes en el grupo de observación terminaron necesitando cirugía dentro de dos años, lo que sugiere que la enfermedad avanza más rápido de lo esperado.
El Dr. Gregg Stone, de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, señaló que tratar a estos pacientes antes podría prevenir la progresión de la enfermedad y mejorar los resultados. Aunque los cardiólogos han sido cautelosos en el pasado debido a los riesgos asociados a la cirugía a corazón abierto, la introducción de procedimientos menos invasivos, como el reemplazo de válvula aórtica transcatéter (TAVR), ha ofrecido una alternativa viable.
El ensayo, liderado por el Dr. Philippe Généreux del Centro Médico Morristown, incluyó a unos 900 pacientes con estenosis aórtica severa que podían realizar una prueba de esfuerzo. La mitad recibió cirugía temprana, mientras que la otra mitad fue sometida a la vigilancia habitual.
Los resultados mostraron que más de dos de cada cinco pacientes en vigilancia fueron hospitalizados inesperadamente, en comparación con uno de cada cinco en el grupo quirúrgico. Los médicos advierten que se necesitan más estudios sobre la durabilidad de las válvulas de reemplazo y el enfoque más adecuado para pacientes más jóvenes.
Los cardiólogos están anticipando un cambio significativo en las conversaciones con sus pacientes tras estos hallazgos, enfatizando que la intervención temprana puede evitar complicaciones graves.