Un año más de educación en el colegio no protege contra el envejecimiento cerebral

Investigadores del Centro Médico Universitario Radboud en los Países Bajos, mediante un "experimento natural" que involucró a 30.000 personas, han logrado determinar con precisión el efecto a largo plazo de añadir un año de educación sobre el cerebro. Sorprendentemente, los resultados revelaron que un año extra de educación no genera cambios en la estructura cerebral ni ofrece protección contra el envejecimiento cerebral.

Si bien se sabe que la educación tiene múltiples beneficios, como una mejor salud, mayor inteligencia y mejores ingresos y empleos, hasta ahora se desconocía si la educación prolongada alteraba la estructura cerebral a largo plazo o protegía contra el envejecimiento cerebral.

El estudio se llevó a cabo en base a un cambio legislativo en el Reino Unido en 1972, que extendió la escolarización obligatoria de 15 a 16 años, lo que ofreció una oportunidad única para estudiar los efectos de un año adicional de educación. Los investigadores utilizaron datos de alrededor de 30.000 personas que asistieron a la escuela durante ese período, junto con imágenes de resonancia magnética (RM) tomadas 46 años después. Este conjunto de datos es la mayor colección de imágenes cerebrales disponible hasta la fecha.

Tras analizar las imágenes de resonancia magnética para observar la estructura cerebral, los investigadores no encontraron diferencias significativas entre los que asistieron un año más a la escuela y los que no. Los resultados sorprendieron a los investigadores, ya que esperaban que la educación proporcionara cierta protección contra el envejecimiento cerebral, pero no se observaron efectos en el volumen cerebral, el grosor cortical, el área de la superficie o la difusión del agua en el cerebro, que reflejan el envejecimiento cerebral.

Los investigadores sugieren que los cambios cerebrales inducidos por la educación podrían haber sido microscópicos, es decir, demasiado pequeños para ser detectados por resonancia magnética. También se plantea la posibilidad de que la educación extra haya producido cambios temporales en el cerebro, que podrían haberse revertido con el tiempo, al igual que los efectos de un año de entrenamiento físico en los músculos.

A pesar de la falta de cambios visibles en la estructura cerebral, los estudios previos han mostrado vínculos entre una mayor educación y mejoras cognitivas, mejor salud y mayores oportunidades laborales. Sin embargo, estos beneficios no se reflejan en la estructura cerebral observable en las imágenes de resonancia magnética.

En resumen, aunque existe una correlación entre educación y beneficios cerebrales, los investigadores advierten que no hay evidencia de que la educación prolongada cause cambios significativos en la estructura cerebral a largo plazo.