¿Quiere saber su riesgo de morir a causa de un cáncer de próstata? La respuesta, según un estudio publicado en 'Nature Communications' se la puede dar un simple análisis genético.
Un equipo de investigadores japoneses del Centro Riken asegura que basta con analizar una pequeña porción del genoma de una persona para estimar la probabilidad de que muera de cáncer de próstata, incluso antes de padecer el cáncer.
El cáncer de próstata es el segundo cáncer más común en los hombres a nivel mundial. También tiene la mayor heredabilidad entre todos los cánceres comunes no relacionados con la piel, lo que indica que la genética de un hombre juega un papel importante en la posibilidad de que contraiga el cáncer. Eso lo convierte en un candidato ideal para los estudios genéticos.
En muchos estudios es difícil desenredar causa y efecto. «El enfoque estándar implica comparar muestras tomadas de pacientes y de personas sanas», explica Chikashi Terao. «Pero dado que las muestras se obtienen de los pacientes después de que desarrollan la enfermedad, cualquier diferencia entre proteínas o genes podría deberse a la presencia de la enfermedad».
Los resultados ayudarán a identificar a las personas con alto riesgo en edades tempranas de la vida
En este trabajo se ha aplicado el poder de los estudios genéticos al cáncer de próstata en un estudio que incluye datos de 300.000 personas.
El equipo se centró en los sitios que se unen a la hormona masculina andrógeno, ya que un análisis preliminar reveló que variantes de esos sitios desempeñaban un papel dominante en el cáncer de próstata. También evaluaron el riesgo de morir de cáncer de próstata en lugar del riesgo de contraer la enfermedad.
Los resultados obtenidos indicaron que la puntuación de riesgo poligénico desarrollada en el estudio se puede utilizar para predecir el riesgo futuro de morir por cáncer de próstata.
Además, demostraron que las regiones de unión a los receptores de andrógenos de las células normales de la próstata son particularmente efectivas para predecir esto.
A diferencia de muchos estudios anteriores que se centraron en personas de origen europeo, el estudio utilizó datos de japoneses, lo que, señala Terao, hace que los «los hallazgos pueden generalizarse».
Los resultados del estudio ayudarán a identificar a las personas con alto riesgo en una etapa temprana de la vida, quienes luego podrán realizar análisis con mayor frecuencia a lo largo de sus vidas.
