La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que, en 2023, la tuberculosis (TB) ha vuelto a ser la principal causa de mortalidad por enfermedad infecciosa a nivel global, superando al COVID-19.
De acuerdo con su informe anual, se ha observado un alarmante aumento en la incidencia de TB, con 8.2 millones de diagnósticos en el último año, la cifra más elevada desde que comenzó el monitoreo de la enfermedad en 1995.
Este aumento representa un 9% más de casos que en 2022, cuando se reportaron 7.5 millones de diagnósticos. Para Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, esta situación "es inaceptable, considerando que existen herramientas para prevenir, detectar y tratar la tuberculosis".
También enfatizó que la lucha contra la TB enfrenta desigualdades significativas a nivel mundial, principalmente debido a la falta de financiamiento, un obstáculo que compromete los avances logrados en las últimas décadas.
La tuberculosis multirresistente sigue siendo uno de los problemas de salud pública más complejos. En 2023, de los 400,000 casos estimados, solo el 44% fueron diagnosticados y tratados. Sin embargo, las tasas de éxito en el tratamiento han alcanzado el 68%, logro que la OPS atribuye al desarrollo de nuevas tecnologías y estrategias para combatir esta forma de la enfermedad.
La OPS recomienda el uso de pruebas moleculares rápidas en la atención primaria para una detección temprana, junto con inteligencia artificial (IA) en radiografías para identificar casos en comunidades vulnerables. Este enfoque incluye también regímenes orales más cortos y efectivos para el tratamiento y prevención de la TB.
La diferencia entre el número estimado de nuevos casos y los casos reportados se ha reducido a 2.7 millones en 2023, una mejora desde los 4 millones registrados durante la pandemia de COVID-19 en 2020 y 2021, reflejando los esfuerzos por restablecer la continuidad en los servicios de TB, interrumpidos por la pandemia y responsables de un incremento en la subnotificación y retraso en diagnósticos.