Singapur está preparado para una sociedad que envejece rápidamente, según un estudio

Un estudio reciente ha revelado que Estados Unidos se encuentra detrás de muchos países en su preparación para enfrentar los desafíos asociados con el envejecimiento de su población. En una clasificación de 143 países publicada en la revista Nature Aging el 27 de diciembre, Estados Unidos ocupa el puesto 24 en términos de bienestar, productividad y seguridad de las personas mayores.

Suiza lidera la clasificación, seguida de países como Singapur (en el puesto 10), Francia, Australia, el Reino Unido y Japón, que están mejor preparados que Estados Unidos para hacer frente al envejecimiento de la población.

El estudio, que introdujo el Índice Global de Envejecimiento, evaluó la preparación de los países en cinco áreas clave: bienestar, productividad y compromiso, equidad, cohesión y seguridad. Los resultados muestran que Estados Unidos ocupa posiciones relativamente bajas en varias áreas:

• Bienestar: en el puesto 96, que incluye medidas de cobertura de salud, esperanza de vida saludable y satisfacción con la vida.
• Productividad y compromiso: en el puesto 8, que abarca la participación laboral y la satisfacción laboral.
• Equidad: en el puesto 15, que considera factores como educación, ingresos y seguridad alimentaria.
• Cohesión: en el puesto 28, que evalúa el apoyo social y la confianza en los vecinos.
• Seguridad: en el puesto 16, que incluye seguridad financiera y acceso a atención médica de calidad.

Los países nórdicos, como Suiza, Noruega, Dinamarca, Suecia e Islandia, se destacan en la clasificación global.

La investigadora principal, Cynthia Chen, advirtió que la falta de preparación en Estados Unidos podría generar grandes dificultades para las personas mayores, especialmente aquellas con seguridad financiera limitada, que podrían enfrentar serios desafíos para acceder a atención médica a medida que envejecen. Además, los sistemas de salud y seguridad social insuficientes podrían aumentar la carga financiera sobre las personas y sus familias.

Por otro lado, los países que se adapten de manera proactiva a una población envejecida, al mitigar los costos de atención médica y aprovechar la experiencia de los adultos mayores, podrían experimentar beneficios a largo plazo, lo que llevaría a mejoras sociales y económicas.