Si eres distraído no significa que tengas TDAH: el peligro del autodiagnóstico en adolescentes
En la lucha por la concienciación de este trastorno se ha normalizado hablar sobre él
Redacción El TiempoA los ocho años, Andrea Belmont comenzó a visitar al médico con regularidad. Recuerda responder a muchas preguntas de personas con batas blancas, someterse a análisis en "máquinas grandes" y comenzar a tomar pastillas todas las mañanas.
"No entendía qué pasaba ni qué tenía; solo sé que cuando mi madre lo mencionó a los profesores, me trataron diferente, y no precisamente bien", confiesa. Han pasado 18 años desde que le diagnosticaron TDAH, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, una condición que la hacía sentir como un extraterrestre. Sin embargo, ahora la situación ha cambiado. Hoy en día, escucha frecuentemente frases como "perdón, me he distraído, es mi TDAH". Según las redes sociales, si te desconectas de lo que sucede a tu alrededor, olvidas cosas o te concentras excesivamente en un proyecto, podrías tenerlo. El contenido sobre este trastorno psiquiátrico se ha multiplicado, y muchas personas se identifican con los síntomas, adoptando el diagnóstico aunque no hayan sido evaluadas. "Antes se veía mal y ahora está de moda", comenta Belmont.
La conversación sobre el TDAH y la salud mental ha ganado visibilidad, lo cual es positivo, pero también puede llevar a la banalización del problema. Algunos creadores han pasado de concienciar sobre el trastorno a fomentar el autodiagnóstico, algo que también ha sucedido con la depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales, que se han vuelto contenidos populares en redes sociales.
Los videos con etiquetas como #adhd o #tdah suman miles de millones de vistas en TikTok. En ellos, las personas describen síntomas que van desde la distracción hasta una forma extrema de procrastinación llamada "parálisis TDAH". Este tipo de contenido motiva a buscar diagnósticos rápidos en redes sociales o en tests en línea, que se han hecho populares pero que a menudo no son confiables. Un estudio reveló que estos tests suelen identificar erróneamente a personas sin TDAH como si lo tuvieran.
El TDAH es un trastorno del desarrollo neurológico que comienza en la infancia, caracterizado por falta de atención, desorganización, hiperactividad e impulsividad, lo que genera dificultades en ambientes como el hogar o la escuela. Existen tres tipos de TDAH: hiperactivo-impulsivo, desatento o mixto. Aunque se diagnostica principalmente en niños, cada vez más adultos afirman tenerlo. Según Josep Antoni Ramos Quiroga, jefe de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, aproximadamente el 50% de los niños con TDAH lo mantienen en la adultez. Sin embargo, hace apenas 20 años, muchos especialistas no reconocían el TDAH en adultos.
Algunos adultos, como Aldo Ferrera y Danae Medrano, se sienten identificados con los síntomas del TDAH, como la distracción constante, la irritabilidad y los problemas para concentrarse. Caio Ruvenal, quien fue diagnosticado de niño con TDAH leve, también lo sigue experimentando, aunque aún no ha consultado a un especialista en la adultez.
Los síntomas del TDAH pueden variar desde leves hasta graves, como en el caso de Bruno Solorio, quien fue diagnosticado a los 14 años. Aunque dejó el tratamiento durante algunos meses, lo retomó a los 28 años, ya que el trastorno afectó su vida en diversos aspectos. "Cada vez más personas dicen tener lo mismo que yo, pero es diferente en cada caso. El mío es muy notorio y ha impactado mi vida escolar, laboral, social y hasta sentimental", relata Solorio.
A pesar del aumento de la visibilidad del TDAH, Ramos Quiroga asegura que no hay un aumento real de los casos, sino que se mantiene estable la prevalencia. Sin embargo, reconoce que el autodiagnóstico impulsado por las redes sociales es un problema. Si bien la información accesible en línea puede ser útil, también puede ser engañosa y llevar a diagnósticos incorrectos.
Uno de los mayores riesgos del autodiagnóstico es que puede confundir el TDAH con otros trastornos. El estrés, tanto agudo como crónico, puede generar síntomas similares, como distracción, falta de memoria y dificultades para organizarse. "A veces las personas llegan al médico convencidas de tener TDAH, pero tras la evaluación, descubrimos que en realidad tienen otro trastorno, como el autismo, que puede estar relacionado con otras enfermedades como la depresión, las adicciones o la diabetes", señala Ramos Quiroga.
Un estudio de 2017 reveló que la mayoría de los adolescentes que presentaban síntomas similares a los del TDAH no padecían realmente el trastorno. Esto subraya la importancia de un diagnóstico adecuado, que debe incluir entrevistas, historial médico, cuestionarios y, a veces, un análisis neurológico. Antonio Barrio, especialista en neuropsicología infantil, explica que realiza un análisis completo de las capacidades cognitivas para poder canalizar el tratamiento adecuado.
La recomendación principal es evaluar el impacto que los síntomas tienen en la vida cotidiana. "Si los síntomas afectan gravemente y hay un impacto emocional, es necesario hacer una evaluación. Si los síntomas no interfieren tanto en la vida diaria, es mejor no dejarse influenciar por información no profesional", concluye Ramos.
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