La sepsis representa una de las principales amenazas para la salud global, con una tasa de mortalidad preocupante y una necesidad urgente de una vigilancia epidemiológica rigurosa para su prevención y tratamiento eficaz. En el marco del Día Mundial de la Sepsis, el especialista en infectología del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), César Emmanuel López Véjar, subrayó la importancia de identificar esta condición de manera temprana para evitar complicaciones severas como el choque séptico.
La sepsis es una reacción inflamatoria descontrolada del cuerpo ante una infección, ya sea bacteriana o viral, que puede dañar órganos y tejidos. Este trastorno se considera una emergencia médica debido a su rápida progresión y potencial letal. Sin un tratamiento inmediato, la sepsis puede evolucionar a choque séptico, una condición en la que los órganos fallan y el cuerpo no funciona correctamente, a menudo resultando en la muerte del paciente.
Aunque cualquier persona puede desarrollar sepsis, los grupos de mayor riesgo incluyen a los ancianos y los niños menores de cinco años. El especialista indicó que, de cada mil hospitalizaciones, al menos 15 pacientes pueden desarrollar sepsis como complicación, lo que resalta la necesidad de una detección y tratamiento rápidos para reducir la mortalidad.
**Orígenes y riesgo de la sepsis**
La sepsis suele originarse en las vías respiratorias. Un estudio europeo reveló que el 68% de los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos por sepsis desarrollaron la infección a partir de problemas respiratorios. Las infecciones graves como la neumonía son una de las principales causas de sepsis. Se estima que hasta el 42% de los pacientes con neumonía requieren hospitalización, y un 27% de aquellos que ingresan en cuidados intensivos pueden fallecer si la hospitalización se extiende más de seis meses.
**Bacterias responsables y su impacto**
Entre los principales agentes causantes de sepsis se encuentran bacterias comunes como Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae, Moraxella catarrhalis y Staphylococcus aureus. Este último es particularmente peligroso para personas con sistemas inmunológicos comprometidos, como los pacientes hospitalizados, quienes tienen un mayor riesgo de infecciones graves.
Diego Alexis García Estudillo, neumólogo del INER, enfatizó que prevenir la sepsis requiere programas de educación y concientización continuos. Reconocer los síntomas tempranamente es crucial para comenzar el tratamiento antimicrobiano lo más pronto posible, idealmente dentro de la primera hora tras el diagnóstico. Este enfoque puede aumentar la tasa de supervivencia hasta en un 80%.
**Biomarcadores: una herramienta prometedora para el diagnóstico**
Francisco Bernardo Pérez Orozco, infectólogo del INER, habló sobre la utilidad de los biomarcadores en el diagnóstico de la sepsis, un síndrome clínicamente complejo debido a sus diversas manifestaciones. Los biomarcadores pueden ayudar a identificar y evaluar la gravedad de la sepsis, pero no son suficientes por sí solos para un diagnóstico definitivo. Pérez Orozco explicó que estos biomarcadores se dividen en tres categorías: producidos por el huésped, asociados con daño orgánico y generados por los agentes infecciosos como Streptococcus pneumoniae y Legionella.
Aunque útiles, los biomarcadores deben ser complementados con datos clínicos y estudios de imagen para confirmar el diagnóstico y seleccionar el tratamiento adecuado.
**La sepsis en cifras**
La magnitud del problema es considerable. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 20% de las muertes globales están relacionadas con infecciones por sepsis. En 2020, se registraron 48.9 millones de casos en todo el mundo, con 11 millones de muertes asociadas. Además, el costo promedio del tratamiento para cada persona hospitalizada por sepsis es de 32 mil dólares, lo que añade una carga económica significativa a los sistemas de salud.
Noticias del tema
