Tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales, los minoristas han informado un aumento significativo en las ventas en línea de anticonceptivos de emergencia.
Este incremento en la compra de la conocida píldora del día siguiente o Plan B sugiere que muchas mujeres temen que la nueva administración limite el acceso a estos métodos anticonceptivos, comentó Monica Cepak, directora ejecutiva de la empresa de telesalud Wisp, especializada en salud sexual y reproductiva. "Estamos viendo cómo las mujeres están acopiando píldoras anticonceptivas de emergencia", dijo Cepak, señalando que las ventas aumentaron un 1.000% el primer día después de las elecciones. Además, mencionó que la compañía lanzó paquetes múltiples de Plan B, lo que contribuyó en gran medida al aumento en los pedidos, con alrededor del 90% de las compras de anticoncepción de emergencia siendo estos paquetes.
Por su parte, Winx Health, una empresa dedicada a la salud sexual y vaginal, reportó un incremento del 315% en las ventas de su píldora del día después, Restart, al día siguiente de las elecciones en comparación con el día anterior.
"Las ventas aumentaron inmediatamente", dijo Cynthia Plotch, cofundadora de Winx Health, y explicó que la mayoría de las compras provenían de paquetes múltiples, lo que indica que las mujeres no solo estaban adquiriendo un solo producto, sino que estaban acopiando para tenerlos disponibles para ellas, sus amigas o familiares.
La anticoncepción de emergencia es un método que puede prevenir el embarazo poco después de una relación sexual, pero no debe confundirse con el aborto con medicamentos, ya que las píldoras del día después solo son efectivas si la usuaria aún no está embarazada, mientras que el aborto con medicamentos interrumpe un embarazo, según el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos.
Sin embargo, cuando las mujeres viven en estados con restricciones al aborto, "creen que tampoco tendrán acceso a este producto", comentó Plotch sobre la anticoncepción de emergencia.
Amy Friedrich-Karnik, directora de política federal del Instituto Guttmacher, destacó la interconexión entre los diferentes servicios de salud reproductiva, señalando que un ataque a cualquier parte de estos servicios tiene un efecto dominó. "Las personas que necesitan servicios de aborto a menudo también requieren anticoncepción, y quienes necesitan anticoncepción podrían necesitar atención materna en el futuro", explicó, subrayando cómo la atención en salud reproductiva es integral y cómo un ataque a un área afecta a todas las demás.