La resistencia bacteriana es un fenómeno alarmante que pone en riesgo la efectividad de los antibióticos, lo que podría convertirla en la principal causa de muerte mundial para el año 2050, con proyecciones de hasta 10 millones de muertes anuales si no se toman medidas urgentes.
Esta advertencia fue emitida por Francisco Saynes Marín, presidente de la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, durante la Semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos organizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Causas de la resistencia bacteriana
La resistencia bacteriana ocurre cuando microorganismos como bacterias, virus o hongos desarrollan mecanismos para sobrevivir a los tratamientos antimicrobianos. Este fenómeno se ha visto favorecido por diversos factores, entre los cuales destacan:
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Uso indebido de antibióticos: El consumo de antibióticos para tratar infecciones virales o el no completar los tratamientos correctamente permite que las bacterias se adapten, desarrollen resistencia y se transmitan entre ellas.
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Automedicación: En países como México, el abuso de antibióticos sin prescripción médica es común. Esta práctica aumenta los riesgos de resistencia bacteriana.
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Contaminación ambiental: Los residuos farmacéuticos, incluidos los antibióticos, pueden contaminar fuentes de agua, afectando la cadena alimentaria y, indirectamente, a los seres humanos.
Saynes Marín también destacó que el mal uso de los antibióticos no solo es culpa de los pacientes, sino también de algunos médicos que, por presión externa (por ejemplo, padres exigiendo medicamentos para sus hijos), recetan antibióticos innecesarios.
Medidas urgentes para frenar la resistencia
El especialista hizo un llamado a la responsabilidad colectiva en el uso de antibióticos, tanto por parte de la población como de los profesionales de salud. Entre las acciones urgentes y estrategias clave se incluyen:
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Educación a los pacientes sobre los riesgos de la automedicación y la importancia de completar los tratamientos prescritos.
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Regulación de la industria agropecuaria, limitando el uso de antibióticos en la ganadería para evitar la transferencia de resistencias a los humanos.
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Saneamiento del agua, asegurando que las fuentes de agua para riego y consumo estén libres de residuos farmacéuticos.
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Concientización pública mediante campañas informativas para sensibilizar a la población y al personal médico sobre los peligros de la resistencia bacteriana.
Un desafío global
La resistencia bacteriana ya es un problema serio tanto en México como a nivel global. En el marco de la Semana Mundial de la Concientización, se busca impulsar acciones para mitigar este problema y evitar que continúe creciendo. Saynes Marín enfatizó que la solución no pasa solo por reducir el uso indiscriminado de antibióticos, sino también por establecer controles más estrictos en la industria y el medio ambiente.
La resistencia bacteriana no es solo una cuestión de salud pública, sino una amenaza global que requiere una acción coordinada entre gobiernos, médicos, industria y la sociedad para evitar que se convierta en la principal causa de muerte en las próximas décadas.