"Alrededor del 2 por ciento de las personas desarrollan encefalitis, una grave infección cerebral, que es la complicación más peligrosa de la enfermedad", afirmó Abraham en un comunicado de prensa de Harvard Health. "Hasta un tercio de las personas con encefalitis mueren a causa de esta enfermedad".
"Y muchos de los que sobreviven pueden experimentar síntomas persistentes, como convulsiones y parálisis, y podrían necesitar atención a largo plazo en instituciones", agregó Abraham. "Aunque es una complicación relativamente rara, sus consecuencias pueden ser devastadoras".
Abraham indicó que las personas menores de 15 años y mayores de 50 años tienden a desarrollar formas más graves de la infección.
Actualmente, no existen tratamientos específicos para los casos graves de EEE, aparte de la atención de apoyo, observó.
La investigación para una vacuna contra la EEE se ha visto limitada por la naturaleza esporádica de los brotes, lo que dificulta la prueba de vacunas y la identificación de quién se beneficiaría más de la inmunización, comentó Abraham.
No obstante, los laboratorios están investigando tratamientos que podrían impedir que el virus afecte a las células cerebrales humanas, evitando así el desarrollo de encefalitis, explicó Abraham.
"Sin embargo, también enfrentamos el desafío de identificar rápidamente a las personas infectadas para que puedan recibir tratamiento lo antes posible", añadió.
"Esto es complicado porque algunas personas presentan fiebre y progresan rápidamente hasta el coma, y cuando finalmente realizamos las pruebas, el virus ya ha desaparecido del cuerpo", detalló. "Necesitamos pruebas de diagnóstico rápido para detectar la infección viral activa de manera temprana y tratarla".
El último brote mortal de EEE en humanos fue en 2019.
"El brote de 2019 afectó a varios estados e involucró 38 casos, siendo el brote más grande en 50 años", indicó Abraham. "Luego, el clima se enfrió, los mosquitos desaparecieron y llegó el COVID".
Abraham mencionó que las fluctuaciones en los brotes de esta y otras enfermedades transmitidas por mosquitos se deben principalmente al clima.
"Por ejemplo, más lluvias pueden resultar en una mayor población de mosquitos, lo que aumenta las oportunidades de transmisión", explicó Abraham.
Sin embargo, también podrían existir otros factores importantes, como la disminución de la inmunidad humana al virus entre brotes, añadió.
Las personas en áreas afectadas deben tomar medidas para reducir el riesgo de picaduras de mosquito, como usar ropa protectora, respetar los toques de queda y aplicar repelente de insectos, recomendó Abraham.
"Este brote debería servir como recordatorio de que no es el primer episodio con el virus EEE y no será el último", concluyó Abraham. "Es un recordatorio de que debemos mantener humildad y respeto hacia estos virus. Como aprendimos con el COVID, los virus son impredecibles".