Con la llegada del invierno y la caída de las temperaturas, muchas personas experimentan un aumento en la sensación de dolor muscular y articular. Pero, ¿realmente el frío causa dolor o es solo un mito asociado a esta época del año? Los expertos aclaran las causas reales de este malestar y brindan consejos prácticos para prevenir y aliviar los síntomas.
¿El frío causa dolor?
El dolor es una señal que el cuerpo envía cuando algo no está funcionando correctamente y puede ser provocado por factores biológicos, psicológicos y sociales. En invierno, las bajas temperaturas se asocian comúnmente con un aumento en las molestias musculares y articulares. Sin embargo, los estudios no confirman que el frío sea la causa directa del dolor. Lo que sí se sabe es que el clima frío puede inflamar las articulaciones, debido a que están sostenidas por músculos, tendones y ligamentos sensibles a los cambios de temperatura.
Otros factores relacionados con el dolor en invierno
Las condiciones invernales también favorecen el sedentarismo. La falta de actividad física puede generar tensión y molestias en zonas como cuello, espalda, rodillas y hombros. Además, el trastorno afectivo estacional (TAE), común en esta época, puede causar fatiga, sueño excesivo y pérdida de energía, lo que agrava la inactividad y el malestar.
Mitos y realidades sobre el dolor en invierno
- El frío causa dolor directamente. Falso. No hay evidencia que confirme que el frío sea la causa directa del dolor, aunque sí puede aumentar la percepción de molestias debido a la inflamación de articulaciones y tejidos cercanos.
- Las infecciones como la gripe aumentan el dolor. Verdadero. Las enfermedades respiratorias, como la gripe, pueden causar dolor muscular generalizado como efecto secundario.
- La inactividad reduce el dolor. Falso. Permanecer sedentario durante largos periodos puede aumentar el dolor articular y limitar el rango de movimiento.
Cómo prevenir y aliviar el dolor en invierno
Para evitar que el dolor empeore durante el invierno, es importante adoptar hábitos saludables que mantengan al cuerpo activo, caliente y bien nutrido. Aquí algunos consejos prácticos:
- Abrígate adecuadamente: Usa ropa en capas, como suéter, chamarra, calcetines gruesos, gorro y bufanda. Protege especialmente caderas y rodillas.
- Mantén el calor en casa: Opta por pantuflas, mantas térmicas y ropa abrigadora para dormir. Las noches son más frías, así que cuida la temperatura corporal.
- Muévete: Evita el sedentarismo. El ejercicio ligero como caminatas, bicicleta estática o natación ayuda a mantener las articulaciones activas y reducir el dolor.
- Duchas tibias: El agua caliente puede aliviar el dolor articular y relajar los músculos tensos.
- Cuida tu dieta: Prioriza la dieta mediterránea, rica en alimentos antiinflamatorios como aceite de oliva, aguacate y salmón. Evita los alimentos procesados y el exceso de azúcar.
- Hidrátate: Mantén una buena ingesta de agua para evitar calambres y reducir la sensibilidad al dolor.
Adoptar estas medidas puede ayudar a prevenir y aliviar el dolor que puede intensificarse con la llegada del invierno.