El fenómeno de los infartos y otras enfermedades que se desencadenan en las primeras horas de la mañana ha desconcertado a los investigadores durante años. Sin embargo, un estudio reciente del Instituto de Ciencias Weizmann (Israel) ha proporcionado una posible explicación basada en el reloj circadiano y su interacción con el ciclo de oxígeno del cuerpo.
El reloj circadiano es un sistema interno de 24 horas que regula diversas funciones biológicas, y ahora se ha descubierto que uno de sus componentes, la proteína BMAL1, tiene un papel crucial en cómo el cuerpo responde a la falta de oxígeno (hipoxia). Según el estudio publicado en Cell Metabolism, BMAL1 no solo afecta la estabilidad de otra proteína clave, el factor inducible por hipoxia 1-alfa (HIF-1α), sino que también participa de manera independiente en la respuesta celular a la hipoxia. Este descubrimiento podría explicar por qué ciertas enfermedades, como los infartos, ocurren con mayor frecuencia en la mañana, cuando los ritmos circadianos pueden influir en la capacidad del cuerpo para manejar la falta de oxígeno.
Además, el estudio mostró que las proteínas BMAL1 y HIF-1α son esenciales para activar los mecanismos genéticos que el cuerpo necesita para responder a la hipoxia. En experimentos con ratones modificados genéticamente, los investigadores encontraron que la falta de BMAL1 impedía que HIF-1α se acumulase, afectando la respuesta al oxígeno en el hígado y otros órganos. Curiosamente, los ratones sin ambas proteínas mostraron una alta mortalidad bajo condiciones de hipoxia nocturna, lo que subraya cómo las variaciones circadianas de BMAL1 afectan la salud de forma significativa durante la noche.
Una de las sorpresas del estudio fue la identificación de un aumento en la producción de óxido nítrico en los pulmones, lo que lleva a una dilatación de los vasos sanguíneos y una rápida circulación de la sangre, pero sin una adecuada oxigenación. Este fenómeno es similar al síndrome hepatopulmonar en humanos, lo que sugiere que los hallazgos podrían ayudar a investigar nuevas terapias para esta condición y otros trastornos relacionados con el ciclo circadiano y la falta de oxígeno.
Este descubrimiento no solo tiene implicaciones para entender por qué las enfermedades aparecen en momentos específicos del día, sino que también podría influir en el tratamiento de trastornos metabólicos como la obesidad y la diabetes, especialmente en personas con horarios irregulares de sueño o trabajo nocturno.