Aunque para muchos la Navidad es sinónimo de alegría, para otros puede ser una fuente de estrés y emociones negativas. La presión por cumplir con los ideales festivos y la discrepancia con las emociones personales pueden generar angustia en esta época. ¿Qué factores influyen en este fenómeno y cómo manejarlos desde una perspectiva psicológica?
Razones detrás del rechazo a la Navidad
La psicóloga Carolina Lozano identifica varias causas por las que algunas personas rechazan la Navidad:
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Trastorno Afectivo Estacional (TAE): Esta condición afecta entre el 1% y el 10% de la población y está relacionada con la falta de luz solar durante el invierno, lo que genera tristeza y desmotivación.
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Síndrome del Grinch: Describe a quienes tienen una aversión profunda hacia todo lo relacionado con la Navidad, desde villancicos hasta decoraciones.
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Síndrome de la silla vacía: La pérdida de un ser querido puede convertir las celebraciones en momentos dolorosos, reforzando la sensación de vacío emocional.
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Estrés por expectativas no cumplidas: La presión por cumplir con los ideales navideños puede generar frustración y ansiedad cuando la realidad no se ajusta a estas expectativas. Además, las reuniones familiares obligatorias y las aglomeraciones de la temporada pueden ser detonantes de estrés para quienes prefieren evitar compromisos sociales o situaciones incómodas.
Comportamientos comunes
Las personas que rechazan la Navidad suelen manifestar actitudes específicas, como:
- Evitar decoraciones y actividades relacionadas con esta festividad.
- Preferir el aislamiento para evitar reuniones familiares o sociales.
- Expresar emociones como tristeza, frustración o apatía.
- Criticar el consumo excesivo o la hipocresía asociada a las celebraciones.
¿Es un fenómeno reciente?
La pandemia de COVID-19 exacerbó este fenómeno. Según la psicóloga Lozano, la incertidumbre y los duelos vividos durante la crisis global han incrementado trastornos mentales como depresión y ansiedad, haciendo que la Navidad sea más difícil de sobrellevar para algunos.
Cómo manejar la angustia navideña
Para quienes encuentran esta época desafiante, la gestión emocional es clave. Los especialistas recomiendan:
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Enfocarse en lo positivo: Aprovechar el tiempo libre para realizar actividades que generen satisfacción personal y bienestar.
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Planificar con antelación: Diseñar un calendario que permita equilibrar compromisos y momentos de descanso.
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Respetar los propios sentimientos: Reconocer y aceptar las emociones sin sucumbir a la presión social. La clave está en priorizar el bienestar personal y evitar compararse con las expectativas externas.
Respetar los propios límites y encontrar formas alternativas de disfrutar esta temporada puede marcar la diferencia en la forma en que se vive la Navidad.