Ozempic y Wegovy podrían estar potenciando sus papilas gustativas

La semaglutida, el ingrediente activo en los populares medicamentos para la diabetes y la obesidad Ozempic y Wegovy, podría también influir en las papilas gustativas de las personas, según una investigación preliminar. El estudio sugiere que las mujeres que toman semaglutida muestran una mejora en su sensibilidad al gusto, especialmente al dulzor. Este hallazgo podría proporcionar una nueva explicación sobre cómo estos medicamentos ayudan eficazmente a la pérdida de peso.

La investigación, liderada por el Centro Médico Universitario de Liubliana en Eslovenia, se basó en estudios anteriores en animales que mostraban que el GLP-1, una hormona crucial para el control del azúcar en sangre y el apetito, también podría afectar la percepción del dulzor. En ratones sin capacidad para producir GLP-1, la sensibilidad al dulce parecía notablemente reducida.

La semaglutida, que imita al GLP-1, y otras incretinas pueden disminuir el deseo de alimentos dulces, salados y grasos. Aunque los mecanismos detrás de este efecto no están del todo claros, los investigadores querían explorar si un cambio similar en la percepción del gusto también ocurre en humanos y en ratones que toman semaglutida.

Aunque puede parecer sorprendente, aumentar la sensibilidad al gusto podría ayudar a perder peso al reducir el anhelo por alimentos excesivamente dulces y calóricos. Al percibir el dulzor de manera más intensa, las personas podrían sentirse satisfechas con menores cantidades de azúcar, lo que llevaría a una reducción en la ingesta calórica total.

En un estudio de 16 semanas con 30 mujeres voluntarias, la mitad recibió semaglutida y la otra mitad un placebo. Se midió la sensibilidad al gusto con tiras que contenían los cuatro sabores básicos (dulce, salado, ácido y amargo) y se recolectaron células de la lengua para analizar la expresión genética. Además, se realizaron resonancias magnéticas antes y después de probar algo dulce.

La investigación demostró que la semaglutida mejoró la sensibilidad al gusto en mujeres con obesidad, elevando el umbral de detección para las diferentes concentraciones de los cuatro sabores básicos. También se observó que las células de la lengua en quienes tomaban semaglutida mostraron cambios en la expresión de genes relacionados con la percepción del dulzor y la renovación de las papilas gustativas. Las resonancias magnéticas indicaron modificaciones en la respuesta cerebral a la dulzura, particularmente en la circunvolución angular de la corteza parietal, una área involucrada en integrar los sentidos y la resolución de problemas, y que contiene receptores GLP-1.

Estos hallazgos, que serán presentados en ENDO 2024 y aún no han sido revisados por pares, sugieren que la semaglutida podría afectar la percepción del gusto, contribuyendo a su eficacia en la pérdida de peso. Aunque la investigación es preliminar y la percepción del gusto puede variar entre individuos, el estudio plantea que mejorar la sensibilidad al dulzor podría ser un mecanismo adicional mediante el cual la semaglutida y otros tratamientos basados en incretinas ayudan a cambiar las preferencias alimentarias y el comportamiento alimentario, lo que podría resultar en una mayor reducción del peso corporal.

Sever, la autora principal del estudio, indicó que futuras investigaciones podrían aclarar si la eficacia de la semaglutida en el tratamiento de la obesidad también está relacionada con la percepción del gusto.