El aislamiento social y la soledad tienen un impacto grave y aún poco reconocido en la salud y esperanza de vida. Para que este tema sea reconocido y dotado de recursos como una prioridad en salud, el pasado 15 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció la formación de la comisión sobre conexión social.
"La sociedad posmoderna ha provocado que cada vez seamos seres más aislados, por las redes sociales o porque el mismo ritmo de vida te obliga a eso; sin embargo, los seres humanos, por naturaleza, somos seres prosociales. Esta declaración es sumamente relevante porque pone sobre la mesa la necesidad de atención de la salud mental en la población en general. Regresamos al lema de 'No hay salud sin salud mental'", planteó la Dra. Lorena López Pérez, directora de Gestión de Atención Psiquiátrica de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA).
A pesar de que la pandemia de COVID-19 trajo este problema a la atención pública, la OMS reconoció que ha existido desde mucho antes y continúa afectando a personas en todo el mundo, sin importar país, comunidad o edad.
En la actualidad, 1 de cada 4 personas mayores y 1 de cada 6 adolescentes experimenta aislamiento social y soledad, lo cual afecta su salud tanto física como mental.
"El aislamiento social y la soledad en las personas representan un problema de salud pública global, esto ya está bien documentado desde hace buen número de años con evidencia científica, tiene repercusiones en la salud física y emocional de las personas y se vio muy agravado por la pandemia de COVID-19, que encendió los focos de alerta", explicó el Dr. Antonio R. Villa Romero, maestro en salud pública y en ciencias en epidemiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien ha estudiado los efectos de la soledad en adultos mayores.