OMS aprueba uso de emergencia de prueba para detectar la viruela del mono

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado un paso significativo en la lucha contra el mpox, también conocido como viruela símica, al aprobar el uso de emergencia de una prueba diagnóstica innovadora. Este nuevo test, denominado Alinity m MPXV Assay, ha sido creado por Abbott Molecular, una de las principales empresas farmacéuticas a nivel mundial, y permitirá la detección del virus en tiempo real a partir de muestras obtenidas de lesiones cutáneas.

Esta aprobación representa la primera autorización de emergencia para un test diagnóstico del mpox, lo que constituye un avance crucial en la capacidad de los sistemas de salud para controlar esta enfermedad, que ha experimentado un alarmante aumento de casos en diversas regiones del mundo, especialmente en África.

El nuevo test de Abbott está diseñado para identificar el ADN del virus del mpox a través de muestras extraídas de las erupciones pustulosas o vesiculares que son características de la enfermedad. Esto podría suponer una mejora significativa en la rapidez y precisión de los diagnósticos, algo esencial para contener la propagación del virus. La detección temprana de los casos es fundamental, no solo para aislar a los pacientes infectados y detener el contagio, sino también para garantizar que los afectados reciban el tratamiento adecuado a tiempo.

La OMS ha indicado que esta aprobación de emergencia no solo facilitará la adquisición de estos tests por parte de los Estados miembros, sino que también permitirá una distribución más equitativa, especialmente en las regiones más afectadas, como África. Según Yukiko Nakatani, subdirectora general de la OMS para el acceso a medicamentos y productos sanitarios, "aumentar el acceso a productos médicos de calidad es esencial para ayudar a los países a contener la propagación del virus y proteger a su población, sobre todo en las regiones desatendidas".

Un contexto preocupante: África en el centro de atención

El mpox ha generado gran preocupación a nivel sanitario global, con brotes graves que continúan registrándose en varios países, principalmente en el continente africano. Hasta la fecha en 2024, África ha contabilizado más de 32,400 casos y 840 muertes relacionadas con la enfermedad.

La situación es particularmente alarmante en la República Democrática del Congo (RDC), donde se ha producido un aumento drástico en los casos. Según los últimos informes, el país ha reportado más de 26,000 casos sospechosos, de los cuales solo el 37% ha sido sometido a pruebas de diagnóstico. La falta de acceso a herramientas de diagnóstico rápidas y confiables ha agravado el brote, lo que hace aún más urgente la implementación de tests como el Alinity m MPXV Assay.

Además de la prueba de Abbott, la OMS ha confirmado que está en conversaciones con otros fabricantes de dispositivos de diagnóstico para diversificar las opciones disponibles en el mercado. La organización ha recibido ya tres solicitudes adicionales para la evaluación de pruebas diagnósticas y está considerando nuevas aprobaciones de emergencia. Esto es fundamental, ya que la rapidez con la que se puedan identificar y tratar los casos determinará la magnitud de la propagación en los próximos meses.