La exposición solar también puede provocar deshidratación de la piel y la aparición de grietas en los talones
En verano, muchas personas se preguntan si los pies sufren más y qué tipo de calzado es mejor para esta época del año. Según los podólogos consultados por EL PAÍS, el aumento de las temperaturas y la sudoración, junto con el uso de calzado inadecuado, pueden causar problemas como rozaduras, ampollas, infecciones fúngicas y problemas circulatorios.
La exposición solar también puede provocar deshidratación de la piel y la aparición de grietas en los talones y entre los dedos, según indica María Luz González Fernández, de la Universidad Complutense de Madrid.
El uso de calzado abierto tiene la ventaja de permitir que los pies respiren mejor, como señala Montserrat Diéguez Blasi del Colegio Profesional de Podología de Madrid. Sin embargo, es crucial que este calzado esté bien ajustado al pie, proporcionando soporte tanto en la parte delantera como en la trasera, según advierte Navor Pereira del Colegio Oficial de Podólogos de Galicia.
Para actividades como deporte o largas caminatas, los expertos recomiendan usar calzado deportivo con calcetines de algodón. Este tipo de calzado está diseñado para ofrecer soporte al arco del pie, amortiguar los impactos y prevenir lesiones, además de mantener los pies secos y cómodos, como explica Antonio Gómez de Podoactiva.
En cuanto a los materiales recomendados para el calzado de verano, el cuero, la malla transpirable y el algodón permiten una mejor circulación del aire y reducen la acumulación de humedad, lo que ayuda a prevenir infecciones y mantener los pies frescos, según González.
Por otro lado, los expertos desaconsejan el uso habitual de chanclas y calzado con suelas delgadas y planas, como las chanclas de goma, ya que pueden causar problemas como fascitis plantar y tendinitis del tendón de Aquiles debido a la falta de soporte y amortiguación, según advierte Diéguez.
Para cuidar los pies en verano y prevenir ampollas y rozaduras, se recomienda probar el calzado en trayectos cortos antes de caminatas largas, secar los pies frecuentemente y cambiar los calcetines cuando sea necesario. También se aconseja aplicar vaselina en áreas propensas a rozaduras y mantener los pies limpios e hidratados con cremas específicas, además de aplicar protector solar cuando están expuestos al sol.
En resumen, mantener un cuidado adecuado de los pies durante el verano es fundamental para prevenir molestias y problemas de salud, asegurando así que puedan llevarnos cómodamente a donde queramos ir.
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