Un estudio reciente publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences ha revelado que las vocalizaciones tempranas de los bebés, como sus risas y balbuceos, están relacionadas con el ritmo cardiaco y el desarrollo del habla.
Los investigadores encontraron que los bebés eran más propensos a emitir una vocalización cuando la fluctuación de su frecuencia cardiaca alcanzaba picos o valles locales.
En el estudio, se midieron más de 2,700 vocalizaciones de 34 bebés de entre 18 a 27 meses mientras jugaban con un cuidador. Aunque estos bebés aún no hablaban palabras completas, el estudio identificó que las vocalizaciones, aunque no siempre eran palabras reconocibles, eran un signo del proceso de formación del habla.
Además, los investigadores observaron que las vocalizaciones estaban conectadas con el sistema nervioso autónomo, que regula funciones automáticas como la frecuencia cardiaca y la respiración. El desarrollo de estos sistemas, junto con el ritmo cardiaco, juega un papel clave en la capacidad de los bebés para coordinar su cuerpo y su habla. Por ejemplo, los bebés eran más propensos a emitir palabras reconocibles cuando su ritmo cardíaco se desaceleraba, mientras que vocalizaciones más largas ocurrieron cuando su ritmo cardíaco estaba en su punto máximo.
Los resultados ofrecen una visión más profunda sobre cómo el desarrollo físico y el desarrollo del habla están interconectados, lo que podría ayudar a los expertos a entender mejor los retrasos en el desarrollo del lenguaje y los factores de riesgo para el desarrollo atípico del habla.