Un reciente estudio publicado en la revista Gut sugiere que los medicamentos anti-TNF podrían ser clave para prevenir una complicación severa en niños con enfermedad de Crohn: las fístulas anales.
Los investigadores encontraron que los niños a quienes se les recetaron medicamentos anti-TNF, como infliximab o adalimumab, tras su diagnóstico inicial, tuvieron un 82 % menos de probabilidades de desarrollar estas fístulas. Estas son túneles que conectan el interior del ano con la piel exterior, causando llagas abiertas que drenan y que pueden provocar infecciones graves o daño en los órganos.
Aproximadamente el 70 % de los niños que desarrollan fístulas anales necesitan al menos una cirugía, que a menudo incluye el uso de una bolsa de colostomía. Según el Dr. Jeremy Adler, líder del estudio y profesor de gastroenterología pediátrica en la Universidad de Michigan, prevenir estas complicaciones es más efectivo que tratarlas una vez que aparecen, dado su manejo complejo.
El estudio analizó a más de 900 niños recién diagnosticados con enfermedad de Crohn. Aquellos tratados con anti-TNF desde el principio mostraron una reducción significativa en el riesgo de desarrollar fístulas, especialmente si ya presentaban lesiones perianales como papilomas cutáneos, úlceras o fisuras. Para este grupo, los anti-TNF redujeron el riesgo de complicaciones en un 93 %.
A pesar de ser más costosos que otros tratamientos, como la azatioprina o el metotrexato, los anti-TNF podrían justificar su precio al evitar complicaciones graves y sus elevados costos asociados.
"Este estudio demuestra que los medicamentos anti-TNF no solo son eficaces, sino que también representan un enfoque preventivo valioso para mejorar la calidad de vida de los niños con enfermedad de Crohn", concluyó Adler.