Mpox podría convertirse en la próxima pandemia global

Las enfermedades infecciosas se han convertido en una amenaza global persistente en la última década, con brotes que emergen y se propagan rápidamente, desafiando las fronteras nacionales y revelando la vulnerabilidad global ante estas amenazas.

Un ejemplo destacado es la mpox, anteriormente conocida como viruela del mono. Originalmente limitada a regiones rurales de África, su reciente resurgimiento ha suscitado inquietudes sobre si podría evolucionar hacia una pandemia global. Identificada por primera vez en monos cautivos en 1958, la mpox se reportó en humanos por primera vez en 1970. Durante mucho tiempo, se consideró una infección rara, confinada a áreas remotas de África tropical y, por ende, de poco interés para el resto del mundo.

Sin embargo, en 2022, la situación cambió drásticamente. Un brote significativo de mpox comenzó a extenderse por países desarrollados, afectando principalmente a hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres. Este brote sorprendió a la comunidad médica, ya que la transmisión sostenida de persona a persona había sido previamente rara.

El brote global de 2022-2023 registró más de 99,000 casos confirmados en 116 países, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar la mpox como una emergencia de salud pública de importancia internacional, el nivel de alerta más alto.

Aunque la situación global parece haber mejorado con una disminución notable en el número de casos gracias a las campañas de vacunación y cambios en los comportamientos de riesgo, la situación en África es preocupante. Desde 2023, varios países africanos, especialmente la República Democrática del Congo (RDC), han visto un aumento en los casos de mpox, particularmente de una cepa más virulenta conocida como clado I.

Este clado, con epicentro en la provincia de Kivu del Sur en la RDC, ha mostrado un patrón epidemiológico diferente, con una transmisión continua entre humanos, frecuentemente por contacto sexual. Aunque no se ha confirmado si esta cepa es más transmisible que las anteriores, las mutaciones observadas sugieren que ha estado en circulación entre humanos desde septiembre de 2023. Además, su tasa de letalidad es significativamente mayor que la del brote global de 2022.

La región del este de la RDC, epicentro del brote actual, enfrenta múltiples crisis como desastres naturales, violencia y brotes de otras enfermedades infecciosas como ébola, sarampión y cólera. Estas condiciones complican aún más los esfuerzos para controlar la mpox en la región. También se han registrado casos en países vecinos donde la enfermedad no había sido previamente reportada.

Este contexto subraya la necesidad urgente de una respuesta internacional coordinada. En un artículo reciente en The Lancet Global Health, expertos en enfermedades infecciosas han propuesto la creación de un Consorcio de Investigación sobre Mpox (MpoxReC) en África, dirigido por investigadores africanos y con un enfoque multidisciplinario. Este consorcio buscaría realizar estudios para comprender mejor los entornos de exposición, las vías de transmisión y las presentaciones clínicas de la enfermedad, y desarrollar estrategias efectivas para su contención.

El brote actual de mpox en África podría ser el preludio de una nueva pandemia si no se implementan medidas inmediatas y eficaces. Garantizar el acceso equitativo a pruebas diagnósticas, vacunas y tratamientos antivirales es crucial para frenar la propagación de la enfermedad, y esto requiere un compromiso político y financiero considerable por parte de la comunidad internacional.