Una investigación reciente ha encontrado que vivir en un vecindario altamente poblado puede fomentar más actividad física debido a que las personas tienden a caminar más en áreas densamente pobladas que en aquellas menos transitables. Esto es relevante, ya que caminar está relacionado con una mejor salud general, y pequeños aumentos en la cantidad de pasos diarios pueden tener un impacto significativo en la salud pública.
El estudio, dirigido por Glen Duncan, profesor de nutrición y fisiología del ejercicio en la Universidad Estatal de Washington, analizó la relación entre la transitabilidad de los vecindarios y los niveles de actividad física de los residentes. Se utilizó un índice de transitabilidad que mide la densidad poblacional, las carreteras, y la proximidad a destinos como tiendas, parques y restaurantes.
Los datos, que abarcaron 5,477 pares de gemelos en Estados Unidos entre 2009 y 2020, revelaron que cada aumento del 1% en la transitabilidad de un vecindario resultó en un 0.42% más de caminatas por parte de los residentes. Este incremento en la transitabilidad, por ejemplo, llevó a un aumento del 23% en la caminata semanal, lo que equivale a unos 19 minutos adicionales de caminata por semana por cada persona que vivía en áreas más transitables.
El estudio también destacó que la mejora en la transitabilidad de los vecindarios, como la mejora del transporte público en áreas suburbanas o rurales, podría ayudar indirectamente a que más personas caminen, especialmente en zonas donde el acceso a servicios requiere un desplazamiento en automóvil.
Duncan enfatizó que caminar es una forma económica y natural de mejorar la salud, contribuyendo a los 150 minutos recomendados de actividad física semanal, sin necesidad de equipamiento costoso.
En resumen, hacer los vecindarios más transitables no solo fomenta un estilo de vida más activo, sino que también tiene el potencial de mejorar la salud pública a gran escala.