Un estudio reciente ha revelado que los patrones irregulares de sueño, es decir, dormir y despertarse a diferentes horas, están asociados con un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares graves, como infartos y accidentes cerebrovasculares, incluso entre aquellos que obtienen la cantidad recomendada de sueño.
La investigación, realizada con 72.269 participantes de entre 40 y 79 años, mostró que aquellos con ciclos de sueño irregulares tenían un 26% más de probabilidades de experimentar eventos cardiovasculares adversos que aquellos con patrones de sueño regulares. Este estudio se enfocó en la variabilidad en los horarios de sueño y no solo en la duración del mismo. Los investigadores destacaron que la regularidad del sueño podría ser un factor más importante para la salud cardiovascular que la cantidad de horas de descanso.
El estudio también observó que las personas con ciclos de sueño regulares tenían más probabilidades de cumplir con las recomendaciones de sueño de siete a nueve horas por noche, y que incluso los que seguían las pautas de duración del sueño pero mantenían horarios irregulares seguían enfrentando un mayor riesgo de problemas cardíacos.
Los expertos sugieren que mantener una regularidad en los horarios de dormir y despertar, dentro de un margen de 30 a 60 minutos, podría mejorar la calidad del sueño, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, y contribuir a un mejor estado de ánimo y función cognitiva. También enfatizan la importancia de evitar recuperar el sueño perdido durante los fines de semana, ya que esto no contrarresta los efectos negativos de un sueño irregular durante la semana laboral.