La cirrosis, las infecciones por hepatitis y otras causas pueden desencadenar la fibrosis hepática, un endurecimiento mortal del tejido del hígado que, una vez que comienza, es irreversible.
Para muchos pacientes, el trasplante de hígado representa su única esperanza.
Sin embargo, investigaciones realizadas en Cedars-Sinai, en Los Ángeles, podrían brindar una nueva posibilidad. Los científicos han logrado revertir la fibrosis hepática en ratones.
Según un informe publicado en la revista *Nature Communications*, el equipo identificó una vía genética que, al bloquearse, podría detener el desarrollo de la fibrosis.
Los genes involucrados en este proceso son FOXM1, MAT2A y MAT2B.
"Logramos identificar el eje de FOXM1, MAT2A y MAT2B como un objetivo potencial para desarrollar medicamentos que traten la fibrosis hepática", explicó la Dra. Shelly Lu, directora de gastroenterología y hepatología en Cedars-Sinai. "Nuestros resultados sugieren que bloquear cualquiera de estas proteínas podría ser útil en el tratamiento de la fibrosis".
Aunque la investigación está en fases iniciales y los resultados en animales no siempre se replican en humanos, el Dr. Peter Chen, jefe del Departamento de Medicina de Cedars-Sinai, destacó que los hallazgos son prometedores.
"Este innovador estudio amplía considerablemente nuestra comprensión de una condición que, a menudo, deja a pacientes y médicos con pocas opciones", comentó en un comunicado. Chen no participó en el estudio.
El equipo investigó específicamente los tres genes.
El primero, FOXM1, está presente en las células hepáticas llamadas hepatocitos y, si se activa excesivamente, puede causar cáncer de hígado, inflamación y fibrosis.
MAT2A y MAT2B, los otros dos genes, están activos en otro tipo de células hepáticas llamadas células estrelladas, que también contribuyen a la fibrosis.
Estos tres genes producen proteínas clave en el proceso fibrótico, explicaron los investigadores.
"Descubrimos que estas proteínas se 'comunican' entre sí dentro de las células del hígado", explicó Lu. "Además, influyen en las células vecinas a través de vesículas extracelulares que transportan fragmentos genéticos, proteínas y otros materiales, funcionando como mensajeros entre las células y promoviendo la inflamación y fibrosis hepáticas".
¿Qué sucedería si se interrumpiera la producción de alguna de estas proteínas?
Para investigarlo, el equipo de Lu indujo inflamación y fibrosis en ratones de laboratorio y luego los trató con FDI-6, una sustancia que bloquea la proteína producida por FOXM1.
El resultado fue notable: la fibrosis no solo se detuvo, sino que también se revirtieron algunas de las cicatrices en el hígado de los ratones.
Es un inicio alentador, y aunque los humanos comparten estos tres genes con los ratones, Lu y sus colegas enfatizaron que serán necesarias más investigaciones para saber si el FDI-6 u otros tratamientos similares podrían ayudar a los humanos.