La leche materna es un tesoro invaluable que la naturaleza ha brindado a las madres para nutrir y proteger a sus bebés durante los primeros meses de vida. Más allá de ser un alimento completo y perfectamente adaptado a las necesidades del recién nacido, la leche materna actúa como un escudo natural que fortalece el sistema inmunológico del bebé y lo protege de diversas enfermedades.
En el marco del Día Mundial de la Protección de la Lactancia Materna, que se celebra el 21 de mayo, la Coordinadora del Banco de Leche del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) "Isidro Espinosa de los Reyes", destaca los numerosos beneficios que la lactancia materna ofrece tanto para el bebé como para la madre.
Uno de los aspectos más importantes de la leche materna es su alto contenido de anticuerpos, células y factores de crecimiento que ayudan al sistema inmunológico del bebé a desarrollarse y madurar adecuadamente. Estos componentes protegen al pequeño de enfermedades infecciosas respiratorias, gastrointestinales y de vías urinarias, reduciendo el riesgo de padecerlas en un 30
La leche materna no solo fortalece las defensas del bebé, sino que también ofrece una amplia gama de beneficios para su salud a largo plazo. Se ha demostrado que la lactancia materna reduce en un 13% el riesgo de sobrepeso u obesidad en la infancia, y en un 35% el riesgo de desarrollar diabetes mellitus y algunos tipos de cáncer en la edad adulta.
Un regalo para la madre
Los beneficios de la lactancia materna no se limitan al bebé. Las madres que amamantan a sus hijos también experimentan importantes beneficios para su salud. La lactancia materna ayuda a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama y endometrio, así como sobrepeso u obesidad, ya que la grasa acumulada durante el embarazo se consume durante la lactancia.
Más allá de los aspectos nutricionales e inmunológicos, la lactancia materna también juega un papel fundamental en el desarrollo emocional del bebé. El acto de amamantar crea un vínculo afectivo único entre madre e hijo, favoreciendo el apego y el desarrollo emocional del pequeño.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, y luego continuar amamantando junto con otros alimentos hasta los dos años o más.
Para lograr una lactancia exitosa, es importante que las madres reciban información y apoyo adecuado desde los primeros días posteriores al parto. El personal médico debe estar capacitado para brindar asesoría sobre las técnicas de alimentación al seno materno, la posición correcta para amamantar y la forma de producción de leche.
