Un estudio reciente sugiere que la intervención del gobierno puede disuadir a los vendedores ambulantes que ofrecen tratamientos falsos con células madre. Según los investigadores, aproximadamente el 60% de la publicidad dirigida al consumidor de las clínicas de células madre se detuvo después de que los reguladores de Canadá y Australia intervinieran, como se detalla en la revista Cell Stem Cell.
Leigh Turner, coautor y director del Centro de Ética de la Salud de la Universidad de California-Irvine, comentó: "Las acciones tomadas por los reguladores nacionales en Australia y Canadá son alentadoras. Esto sugiere que medidas de cumplimiento específicas pueden llevar a una reducción significativa en el número de clínicas que promocionan intervenciones con células madre no probadas".
Las células madre pueden ser manipuladas por los médicos para convertirse en varios tipos de células, como las de la piel, musculares o sanguíneas, y se están evaluando como tratamientos para diversas enfermedades y lesiones. Sin embargo, los tratamientos con células madre están aprobados únicamente para un número limitado de afecciones, principalmente cánceres de la sangre y trastornos inmunológicos, según la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre.
A pesar de estas limitaciones, han surgido numerosas operaciones que ofrecen supuestas "curas" con células madre para una amplia variedad de problemas, como dolor articular, COVID prolongado, trastornos neurológicos, enfermedades cardíacas y pulmonares, autismo, fatiga y ceguera, según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.
En EE. UU., el número de clínicas de células madre creció de aproximadamente 350 en 2016 a casi 1,500 en 2021, como señalaron los investigadores. Gran parte de este aumento se atribuye a empresas que afirman extraer células madre de la sangre de los pacientes y reinyectarlas como una "cura milagrosa". Sin embargo, este procedimiento puede causar infecciones graves si las células se contaminan durante el procesamiento, sin ofrecer la cura prometida.
Turner destacó que "en algunos casos, las intervenciones promovidas por estos centros han causado daños físicos y financieros significativos a los pacientes, además de obstaculizar los esfuerzos para realizar investigaciones clínicas creíbles". También expresó su preocupación por la falta de evidencia convincente sobre la seguridad y efectividad de estos productos.
Para este estudio, los investigadores monitorizaron la publicidad en línea directa al consumidor en Canadá y Australia durante un periodo de cinco años. Durante este tiempo, Australia prohibió la publicidad de tratamientos con células madre y asignó a su agencia nacional reguladora la supervisión de estos productos. Canadá, por su parte, envió cartas de "cese y desistimiento" a clínicas que ofrecían tratamientos no aprobados.
Como resultado de estas acciones, en 2023 solo 12 empresas en Australia y tres en Canadá continuaban ofreciendo tratamientos con células madre. En contraste, el mercado de células madre en EE. UU. sigue expandiéndose, a pesar de las numerosas cartas de advertencia emitidas por la FDA.
Turner concluyó diciendo: "No sabemos si respuestas similares de los reguladores en otros países tendrían éxito, o si se requerirían acciones más drásticas, como sanciones financieras y enjuiciamientos penales, pero estamos alentados por lo que encontramos en nuestra investigación sobre las respuestas regulatorias en Canadá y Australia".