Un estudio reciente publicado en Journal of Marriage & Family revela que las madres asumen la mayor parte de la "carga mental" en el hogar, un concepto que se refiere al pensamiento y la planificación necesarios para que la vida familiar funcione sin problemas. Este estudio muestra que las mamás gestionan el 71% de las tareas que requieren esfuerzo mental, mientras que los padres solo se encargan del 45%.
Las responsabilidades incluyen la planificación de comidas, la organización de actividades, y la gestión de las finanzas familiares.
Hallazgos clave:
- Distribución desigual de tareas: Las madres asumen el 79% de las tareas de limpieza y cuidado de los niños, mientras que los padres solo manejan el 37%. Los papás, sin embargo, asumen un porcentaje mayor de tareas como las finanzas y reparaciones del hogar (65% frente a un 53% de las madres).
- Sobrestimación de contribuciones: Los padres tienden a sobreestimar sus contribuciones, lo que puede generar un desajuste en las expectativas dentro de la pareja.
- Impacto en la carrera profesional: La carga mental también afecta la carrera de las mujeres. Las madres trabajadoras tienen el doble de probabilidades que los padres de considerar reducir sus horas o dejar su trabajo debido a las responsabilidades parentales.
- Madres solteras: Las mamás y los papás solteros asumen toda la carga mental por sí mismos. Los padres solteros, en particular, tienen una carga laboral más alta que los padres que tienen pareja.
Impacto social y propuestas:
- La carga mental no solo afecta a la salud emocional de las madres, sino que también tiene un impacto en el entorno laboral, donde las madres tienen más probabilidades de abandonar o reducir sus horas de trabajo debido a la sobrecarga de responsabilidades domésticas.
- Los investigadores sugieren que los gobiernos y empleadores deben crear políticas que apoyen tanto a las madres como a los padres en la distribución más equitativa del trabajo no remunerado en el hogar, como una licencia parental bien remunerada y neutral en cuanto al género.
Conclusión:
La investigación invita a las familias a dialogar sobre la distribución de la carga mental en el hogar y buscar formas de compartirla de manera más justa, lo que podría reducir el estrés y mejorar la calidad de vida familiar. Además, plantea un desafío para los gobiernos y empleadores, que deben crear políticas que apoyen un balance entre las responsabilidades laborales y familiares.