SALUD

La toma de malas decisiones: Cómo vencer el sesgo del «descuento hiperbólico»

El descuento hiperbólico nos impulsa a preferir recompensas inmediatas

La toma de malas decisiones: Cómo vencer el sesgo del «descuento hiperbólico»
REDACCIÓN / EL TIEMPO

El descuento hiperbólico se refiere a la tendencia de preferir recompensas inmediatas en lugar de optar por recompensas mayores a largo plazo. Esta inclinación puede llevarnos a tomar decisiones perjudiciales, priorizando lo inmediato a expensas de beneficios futuros. Este fenómeno ha sido objeto de estudio durante siglos, y hoy en día, tanto economistas como psicólogos conductuales buscan entender por qué los humanos toman estas decisiones.

¿Por qué caemos en este sesgo?

Vincent Berthet, profesor en la Universidad de Lorraine, señala que el descuento hiperbólico "distorsiona nuestra percepción del valor". Las recompensas inmediatas nos parecen más atractivas, lo que puede llevarnos a preferir $100 hoy en lugar de $120 en una semana. Esto influye en nuestras decisiones diarias, como elegir comida rápida en vez de opciones más saludables o postergar tareas importantes.

La impulsividad y la incertidumbre sobre el futuro también intensifican este sesgo, llevándonos a elegir una recompensa segura ahora en lugar de arriesgarnos a esperar un beneficio mayor.

Ejemplos del descuento hiperbólico

Este sesgo impacta muchas decisiones cotidianas, como optar por ver televisión en lugar de estudiar o gastar en cosas innecesarias en vez de ahorrar. En el ámbito financiero, puede llevar a aceptar préstamos desfavorables o a gastar sin considerar las consecuencias.

¿Cómo superar el descuento hiperbólico?

Vincent Berthet sugiere tres herramientas para contrarrestar este sesgo:

  1. Dispositivos de compromiso: Estas herramientas nos ayudan a mantenernos en el camino correcto. Por ejemplo, el ahorro automático deduce montos cada mes sin necesidad de tomar una decisión consciente. Un caso exitoso es el programa desarrollado por Thaler y Benartzi, que incrementa automáticamente los ahorros de jubilación al recibir aumentos salariales.

  2. Compromiso previo: Tomar decisiones antes de enfrentar la tentación es otra estrategia. Esto puede incluir programar inversiones o agendar actividades físicas, lo que reduce la posibilidad de sucumbir a la impulsividad.

  3. Recordatorios sobre el beneficio a largo plazo: Usar recordatorios visuales o escritos sobre las recompensas futuras puede ser de gran ayuda. Tener presente el beneficio a largo plazo nos ayuda a evitar decisiones impulsivas.

Estrategias adicionales para mitigar el sesgo

Irene Scopelliti propone otras técnicas, como establecer pequeñas recompensas inmediatas para reforzar comportamientos positivos. Por ejemplo, podemos premiarnos con algo que disfrutamos después de hacer ejercicio. También sugiere crear períodos de reflexión antes de realizar compras innecesarias, lo que aumenta la probabilidad de tomar decisiones más racionales.

La importancia del pensamiento a largo plazo

Imaginarnos cómo se sentiría nuestro "yo futuro" al tomar una buena decisión puede ayudarnos a mantener el enfoque en los beneficios a largo plazo. Este tipo de proyección, conocido como pensamiento futuro episódico, ha demostrado ser eficaz para contrarrestar el descuento hiperbólico.

 
 
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