La salud mental en el deporte de élite: una mirada clave para los Juegos Olímpicos 2024

En los últimos años, ha aumentado la apertura para hablar de un tema anteriormente silenciado: la salud mental. Esto sigue siendo especialmente tabú en ciertos ámbitos, como el deporte de alta competición.

A pesar de que muchos deportistas famosos, como el nadador estadounidense Michael Phelps, quien ha hablado sobre sus graves depresiones, y en nuestro país, Andrés Iniesta, entre otros, han revelado sus problemas psicológicos derivados de su profesión, la salud mental en el deporte profesional aún no recibe la atención y visibilidad necesarias. En respuesta a esto, en 2021, el equipo médico del Comité Olímpico Internacional (COI) elaboró una guía para el cuidado de la salud mental en atletas de élite.

Aunque se ha demostrado científicamente que la actividad física mejora el bienestar físico y mental, diversos estudios han señalado que los atletas de élite pueden enfrentar trastornos mentales significativos, incluyendo desgaste profesional (burnout), angustia, ansiedad, depresión, trastornos de la conducta alimentaria, insomnio y abuso de alcohol o drogas.

Un metanálisis publicado en 2019 en la revista British Journal Sports Medicine, que estudió a más de 3.000 atletas activos, reveló que la prevalencia de síntomas y trastornos mentales varía entre el 19% para el abuso de alcohol y el 34% para ansiedad y depresión. Este análisis también incluyó a más de 1.500 atletas retirados, mostrando que los síntomas y trastornos mentales afectan al 16% para angustia y al 26% para ansiedad/depresión.

Investigaciones adicionales, como un estudio de 2021 de la University of Toronto publicado en Psychology of Sport and Exercise, confirmaron que los atletas de élite son más propensos a experimentar problemas de salud mental debido al estrés y la presión inherentes al deporte de alto rendimiento. El estudio indicó que el 31,7% de los atletas reportaron síntomas de depresión, el 18,8% mostró ansiedad general (con un 12,9% de moderada a grave), y el 8,6% presentó puntuaciones que sugerían un alto riesgo de trastornos de la conducta alimentaria.

Según una declaración de consenso realizada en 2020 por especialistas en salud mental en atletas, convocados por la Sociedad Internacional de Psicología del Deporte (ISSP), es necesario implementar más iniciativas para mejorar la seguridad psicológica en entornos de alto rendimiento antes, durante y después de las competiciones, reducir el estrés innecesario, optimizar la recuperación, desestigmatizar los problemas de salud mental y fomentar la búsqueda de ayuda.

Asimismo, una revisión sistemática sobre las barreras para que los atletas de élite busquen tratamiento para problemas mentales destacó la necesidad de estrategias más efectivas para superar el estigma de las enfermedades mentales, aumentar la alfabetización en salud mental entre atletas y entrenadores, y abordar las barreras específicas para la búsqueda de tratamiento. Entre las estrategias sugeridas, se destacó el papel crucial de los entrenadores en promover una cultura que aliente a los atletas a buscar ayuda.