En los años 60, la BBC emprendió una investigación sobre informes locales acerca de experimentos secretos de la Segunda Guerra Mundial, contaminación peligrosa y muertes inexplicables de animales en una isla remota frente a la costa de Escocia.
"Por aquí la llaman la isla de la muerte, la isla misteriosa, y con razón", reportó en 1962 Fyfe Robertson de la BBC, mientras observaba la desolada isla de Gruinard. "Pero esto no es un cuento antiguo ni una superstición de las Highlands", añadía.
La historia se remonta a 1942, cuando, tras tres años de guerra, un grupo de científicos de la Oficina de Guerra tomó posesión de la isla para realizar experimentos tan secretos que, 20 años después, pocos sabían lo que realmente ocurrió.
Robertson investigó las historias sobre experimentos gubernamentales peligrosos en Gruinard, pero en ese momento el Ministerio de Defensa del Reino Unido ya había declarado la isla como zona prohibida y no pudo obtener acceso a los lugareños para una inspección más cercana.
El resultado fue una catástrofe ambiental. Gruinard permaneció peligrosamente contaminada y fuera de los límites durante casi medio siglo hasta que, en 1990, el gobierno británico finalmente la declaró segura.
La verdad reveló que Gruinard había sido el sitio de un intento clandestino de Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial para convertir el ántrax en un arma biológica. Los detalles precisos emergieron en 1997, cuando el gobierno desclasificó una película militar que documentaba los experimentos.
El proyecto, denominado Operación Vegetariana, fue dirigido por Paul Fildes, jefe del departamento de biología de Porton Down, una instalación militar en Wiltshire, Inglaterra, que aún existe. Fundada en 1916, Porton Down se creó para estudiar los efectos de los agentes de armas químicas, y en los años 40 se le encargó desarrollar armas biológicas para combatir a la Alemania nazi con efectos devastadores, evitando el combate directo.