Un estudio reciente revela que los adolescentes que viven en vecindarios y familias con fuertes lazos comunitarios son menos propensos a iniciar relaciones sexuales a una edad temprana.
En contraste, las escuelas tienen menos impacto en el comportamiento sexual de los adolescentes, según los investigadores.
"La investigación confirma hallazgos anteriores sobre la importancia de la familia y la comunidad en la protección de los jóvenes contra comportamientos de riesgo, y muestra que una conexión con la comunidad local puede reducir las conductas sexuales arriesgadas", comentó la Dra. Camila Cribb Fabersunne, pediatra de la Universidad de California, San Francisco (UCSF).
Los adolescentes cuyos padres restringieron sus citas tenían un 55% menos de probabilidades de tener relaciones sexuales en el décimo grado. También se observó que aquellos que pasaban menos tiempo solos en casa y que provenían de familias unidas tenían un 8% y un 7% menos de probabilidades, respectivamente, de involucrarse en actividades sexuales tempranas. Además, los adolescentes en vecindarios cohesionados tenían un 10% menos de probabilidades de tener relaciones sexuales en el décimo grado.
Por otro lado, los factores relacionados con la escuela no mostraron una asociación significativa con el retraso del inicio de la actividad sexual durante la secundaria. Asimismo, los adolescentes en vecindarios desfavorecidos y con menos educación tenían aproximadamente un 24% más de probabilidades de iniciar relaciones sexuales en el décimo grado.
"La influencia de los padres no debe subestimarse", señaló la Dra. Tracy Richmond, profesora de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. "Estrategias simples como limitar las citas pueden tener un gran impacto en la edad del primer encuentro sexual de un hijo, afectando su salud y bienestar general".
Este estudio es el primero en examinar cómo las conexiones sociales influyen en el comportamiento sexual de los adolescentes, explicó Cribb Fabersunne. En los EE. UU., aproximadamente el 23% de los adolescentes tienen relaciones sexuales en el décimo grado, y comenzar a una edad temprana puede aumentar el riesgo de enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y depresión.
Publicado el 4 de junio en el Journal of Adolescent Health, el estudio indica que los programas escolares de educación sexual tienen poco impacto comparado con los factores familiares y comunitarios. Los investigadores sugieren que los recursos de salud pública deberían enfocarse en fortalecer las estrategias familiares y comunitarias, como crear centros de salud comunitarios para jóvenes y apoyar a los padres en las conversaciones sobre sexualidad.
"Es fundamental invertir en los vecindarios, mejorando espacios públicos, seguridad y transporte, para que los padres puedan estar más presentes para sus hijos", añadió Cribb Fabersunne. "El aislamiento y la independencia prematura fomentan comportamientos de riesgo, especialmente en comunidades de bajos ingresos".
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