La contaminación atmosférica, específicamente el ozono, podría afectar el desarrollo cerebral de los niños incluso antes de nacer, según un estudio reciente publicado en la revista Journal of Exposure Science & Environmental Epidemiology.
La investigación encontró que un aumento de 10 partes por billón en la exposición al ozono durante el segundo trimestre del embarazo incrementa en un 55% el riesgo de discapacidad intelectual en los niños, en comparación con sus hermanos expuestos a niveles más bajos.
El segundo trimestre del embarazo es especialmente crítico, ya que el cerebro fetal experimenta un crecimiento rápido con el desarrollo de neuronas a un ritmo de 250,000 por minuto, explicó el equipo investigador liderado por Sara Grineski, profesora de sociología de la Universidad de Utah.
El estudio se basó en datos de la Base de Datos de Población de Utah, comparando niños nacidos entre 2003 y 2013 y sus niveles de exposición al ozono estimados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Este diseño permitió controlar factores familiares y genéticos, lo que fortalece la confiabilidad de los resultados, según Amanda Bakian, coautora del estudio y profesora asociada de psiquiatría en el Instituto de Salud Mental Huntsman.
El ozono, un contaminante atmosférico generado por reacciones químicas entre la luz solar, el nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, es especialmente peligroso en verano y se ve exacerbado por el cambio climático. Aunque los estándares de salud federales permiten niveles de hasta 70 partes por billón, incluso pequeños incrementos pueden tener consecuencias significativas.
Los investigadores destacaron que reducir los niveles de ozono es fundamental para proteger el desarrollo cerebral de los niños. Medidas como promover vehículos eléctricos, implementar estándares de automóviles más limpios y mejorar procesos industriales y agrícolas pueden ayudar a disminuir esta contaminación.
"Nuestros hallazgos en Utah evidencian una preocupante asociación entre la exposición al ozono y el riesgo de discapacidad intelectual", afirmó Grineski. "Este es solo un ejemplo más de los efectos nocivos de la contaminación del aire sobre la salud".