La mayoría de las personas buscamos mantenernos saludables mediante una buena alimentación, ejercicio regular, descanso adecuado y manejo del estrés. Sin embargo, algunos hábitos diarios pueden generar dudas, como el consumo de café, una de las bebidas más populares globalmente.
Aunque el café tiene varios beneficios para la salud, como su alto contenido de antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer y problemas cardiovasculares, estudios recientes sugieren que existe una edad ideal para reducir su consumo o, en su caso, dejarlo.
La Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria recomienda que el consumo de cafeína no supere los 400 miligramos al día, lo que equivale a unas 3 o 4 tazas de café. Sin embargo, en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC), expertos sugieren que a partir de los 60 años, lo más conveniente es disminuir o incluso eliminar el consumo de café.
Aunque esta bebida ofrece muchos beneficios, en personas mayores se ha vinculado con un aumento en el deterioro cognitivo, afectando habilidades como el razonamiento lógico, la capacidad de pensar abstractamente y el reconocimiento de patrones.
¿Es necesario dejar el café después de los 60 años?
La recomendación de limitar el consumo de café en la tercera edad no es aplicable a todas las personas. Los expertos advierten que este consejo es más relevante para quienes ya presentan signos de deterioro cognitivo. No obstante, incluso en ausencia de síntomas, se recomienda reducir el consumo de café a partir de los 60 años para minimizar riesgos potenciales.
Limitar el café a no más de tres tazas diarias es una medida preventiva que permite seguir disfrutando de sus beneficios sin exceder el consumo de cafeína, lo cual puede resultar en efectos adversos en algunas personas.
¿Por qué moderar el café en la tercera edad?
Con el envejecimiento, el metabolismo y la forma en que el cuerpo procesa la cafeína cambian. A medida que se envejece, el sistema nervioso puede volverse más sensible a los efectos de la cafeína, lo que no solo puede alterar el sueño, sino también contribuir al deterioro de las funciones cognitivas en personas vulnerables.
Por lo tanto, si te encanta el café y estás cerca de los 60 años, considera moderar su consumo para proteger tu salud cognitiva y mantener un bienestar mental a largo plazo.