Ollie Towler-Jones, un joven de 18 años, falleció de manera inesperada después de asistir al Festival Latitude. Inicialmente, su malestar fue atribuido a una resaca, pero resultó ser una enfermedad grave. Ollie y su madre, Jo Towler, solían asistir al festival juntos como una tradición anual.
Durante su última asistencia, Ollie comenzó a sentirse mal. Pensando que su malestar era por la falta de sueño y el consumo de alcohol, trató de recuperarse con una siesta y pastillas para el dolor. Sin embargo, el sábado por la mañana, Ollie despertó sintiéndose extremadamente cansado y con malestar general. Decidió descansar, pero su condición empeoró rápidamente. Su madre describió que Ollie tuvo dificultad para respirar, entumecimiento en las piernas y un color morado en la piel.
La situación se volvió crítica, y Ollie fue trasladado de emergencia en helicóptero a un hospital. A pesar de los esfuerzos médicos, falleció unas horas después por una falla multiorgánica.
La autopsia reveló que la causa de la muerte fue una cepa de meningitis conocida como MenW. Aunque rara, esta forma de meningitis es extremadamente peligrosa y puede progresar rápidamente, como en el caso de Ollie. Desde su fallecimiento, su madre, Jo, ha trabajado para aumentar la conciencia sobre la meningitis, asistiendo al festival cada año en memoria de su hijo y compartiendo su historia para prevenir tragedias similares.
La meningitis es la inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, llamadas meninges. Puede ser causada por infecciones virales, bacterianas, parasitarias o fúngicas. La MenW, que afectó a Ollie, es una infección bacteriana especialmente peligrosa.
Los factores de riesgo para la meningitis incluyen no tener un esquema de vacunación completo, ser mayor de 20 años, tener un sistema inmunológico debilitado, o vivir en entornos comunitarios como residencias estudiantiles. Los síntomas de la meningitis pueden parecerse a otras afecciones y incluyen fiebre alta repentina, rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso, náuseas o vómitos, confusión, convulsiones, somnolencia, sensibilidad a la luz, falta de apetito o sed, y en algunos casos, erupción cutánea.