Investigadores de las universidades de Duke y Yale han publicado en la revista JAMA una carta de investigación en la que alertan sobre un cambio reciente en la industria del vapeo.
Según el estudio, algunas compañías tabacaleras están sustituyendo la nicotina en los cigarrillos electrónicos por sustancias químicas similares, conocidas como análogos de nicotina, cuyos efectos sobre la salud son desconocidos. Además, el estudio revela que la cantidad de estos químicos no se indica con precisión en el empaque de los productos.
"Los productos de vapeo que contienen nicotina están regulados por leyes federales que prohíben su venta a menores de 21 años. En cambio, los análogos de nicotina no están regulados por la FDA y no se han investigado sus efectos en la salud. Nuestro análisis de estos productos de vapeo con análogos, disponibles en los EE. UU., mostró discrepancias significativas entre los ingredientes anunciados y los realmente presentes en el producto. Además, parece que los fabricantes intentan eludir la regulación de la FDA", comentó Sairam V. Jabba, coautor del estudio y científico investigador sénior en la Facultad de Medicina de Duke.
Los experimentos con roedores han demostrado que una sustancia química llamada 6-metilnicotina es mucho más potente y tóxica que la nicotina en su interacción con los receptores cerebrales. Otra sustancia, la nicotinamida, se presenta como si actuara sobre los mismos receptores, aunque hay evidencia de que no se une a ellos.
Los análogos de nicotina se han incorporado a los cigarrillos electrónicos con sabor, que investigaciones previas han señalado como los favoritos de los jóvenes y de quienes comienzan a vapear.
Jabba y su equipo, incluido el coautor principal Sven Eric Jordt, analizaron un producto de cigarrillo electrónico de la marca Spree Bar, disponible en al menos nueve sabores, que contenía un 5 por ciento de 6-metilnicotina. Los resultados indicaron que la cantidad real de esta sustancia era aproximadamente un 88 por ciento menor que la indicada en la etiqueta. Además, los cigarrillos electrónicos contenían un edulcorante artificial hasta 13,000 veces más dulce que el azúcar y un refrigerante que imita el mentol.
Otra marca, Nixotine, Nixodine, Nixamide y Nic-Safe, contenía nicotinamida en niveles inferiores a los indicados y cantidades no reveladas de 6-metilnicotina, sin edulcorantes ni refrigerantes.
"Estos productos parecen estar diseñados para evadir las leyes y regulaciones destinadas a proteger a las personas, especialmente a los niños, de los efectos nocivos del tabaco. No sabemos qué hacen estas sustancias químicas al calentarse e inhalarse. Estas preguntas deben responderse antes de permitir la comercialización de estos productos", concluyó Jordt.