Los incendios forestales que avanzan a gran velocidad, dificultando los esfuerzos de los equipos de bomberos para contenerlos, son cada vez más comunes en el oeste de Estados Unidos, advierte un estudio reciente.
La velocidad de propagación de un incendio puede ser más relevante que su tamaño en cuanto al peligro para personas y bienes, según los investigadores.
"A menudo escuchamos sobre los megaincendios debido a su magnitud, pero si queremos proteger nuestros hogares y comunidades, debemos prestar atención a la rapidez con la que se desplazan", expresó Jennifer Balch, autora principal del estudio y profesora asociada de geografía en la Universidad de Colorado, Boulder.
Su equipo publicó estos hallazgos el 24 de octubre en la revista Science.
El estudio fue motivado por el incendio Marshall de diciembre de 2021, que arrasó más de 1,000 hogares en el condado de Boulder, Colorado. Aunque no era un incendio de gran tamaño (alcanzó alrededor de 6,100 acres), su avance fue impulsado por fuertes vientos y sequedad, superando a los bomberos.
En menos de una hora, el incendio Marshall recorrió 3 millas hasta una ciudad, forzando la evacuación inmediata de más de 10,000 personas, destacó el equipo de investigación.
Este no ha sido el incendio más devastador de este tipo. En 2018, el Camp Fire en California arrasó rápidamente la ciudad de Paradise, quemando más de 150,000 acres, desplazando a 52,000 personas, destruyendo 18,000 estructuras y cobrando 85 vidas.
Eventos de esta magnitud podrían estar aumentando, según el estudio.
El equipo de Balch utilizó datos satelitales para analizar el crecimiento de más de 60,000 incendios en Estados Unidos entre 2001 y 2020.
"Hasta ahora, la información sobre la velocidad de los incendios era fragmentada", explicó Virginia Iglesias, coautora del estudio y directora interina del Laboratorio de la Tierra de la universidad. "Utilizamos datos de observación terrestre para analizar el crecimiento del fuego a nivel nacional de forma sistemática".
La investigación se centró en los incendios de propagación rápida, aquellos que avanzaron más de 4,000 acres diarios.
Descubrieron que estos "incendios rápidos" aumentaron más del 250% en los últimos 20 años en el oeste de Estados Unidos.
La velocidad de los incendios los convierte en eventos mucho más peligrosos y destructivos, indicó la investigación.
Estos incendios rápidos fueron responsables del 88% de las casas destruidas entre 2001 y 2020, a pesar de que solo representaron menos del 3% de todos los incendios en ese período.
Incendios que destruyeron 100 o más estructuras mostraron una tasa de crecimiento de al menos 21,000 acres diarios, según el estudio.
"Estos resultados cambian la percepción del riesgo de incendios forestales, posicionando la velocidad de propagación como un factor clave del daño potencial de un incendio", afirmó Iglesias.
Con esta nueva información, "debemos enfocarnos en preparar a las comunidades, fortaleciendo los hogares y estableciendo planes de evacuación efectivos", recomendó Balch.
Actualmente, la mayoría de las agencias gubernamentales y aseguradoras no consideran la velocidad de los incendios en sus modelos de riesgo, añadieron los investigadores.
Sin embargo, "para proteger la infraestructura y planificar evacuaciones eficaces, la velocidad de crecimiento de un incendio es probablemente más crítica que su tamaño", señaló Iglesias.