La endometriosis podría estar relacionada con la salud del microbioma en mujeres, según un estudio reciente. Este hallazgo podría facilitar el diagnóstico temprano de esta dolorosa condición y abrir la puerta a nuevos tratamientos.
Los investigadores descubrieron que un conjunto específico de bacterias en el microbioma intestinal de las mujeres es exclusivo de aquellas que padecen endometriosis, una enfermedad que se produce cuando un tejido similar al revestimiento del útero crece en otras partes del cuerpo. En particular, encontraron que la ausencia de un subproducto bacteriano llamado 4-hidroxiindol está vinculada a un mayor riesgo de desarrollar esta afección.
Chandni Talwar, investigadora principal y asociada postdoctoral en el Colegio de Medicina Baylor, comentó: "Este compuesto es producido por 'bacterias beneficiosas', y se encuentra en menor cantidad en mujeres con endometriosis en comparación con aquellas que no tienen la enfermedad". Esto sugiere que realizar pruebas de heces podría ayudar a predecir el riesgo de endometriosis en las mujeres.
Además, los médicos podrían tratar la enfermedad modificando el microbioma de la paciente o mediante el uso de suplementos dietéticos. Según los investigadores, la administración de 4-hidroxiindol a ratones de laboratorio impidió el desarrollo de la endometriosis y evitó la inflamación y el dolor asociados con la enfermedad, según se detalla en la revista Med.
"Nuestro estudio es el primero en identificar un perfil único de metabolitos vinculado a la endometriosis en humanos, lo que nos acerca a comprender mejor esta condición y a identificar formas más eficaces de gestionarla", afirmó Talwar.
La endometriosis es una afección dolorosa que afecta a cerca de 200 millones de mujeres en todo el mundo. Rama Kommagani, investigador principal y profesor asociado de patología e inmunología en Baylor, explicó que "la endometriosis ocurre cuando el tejido que recubre el útero crece fuera de su ubicación habitual, como en el intestino o en la membrana que recubre la cavidad abdominal", lo que puede causar sangrado, dolor, inflamación e infertilidad.
Con base en estos descubrimientos, los investigadores están desarrollando una prueba de heces para detectar la endometriosis. "Por lo general, se tarda alrededor de siete años en diagnosticar la endometriosis, y a menudo se confunde con problemas intestinales", destacó Kommagani. "Este diagnóstico tardío, junto con el uso de métodos invasivos y tratamientos ineficaces, resalta la necesidad de mejorar el abordaje de la endometriosis".
Los investigadores también están evaluando la seguridad y efectividad del 4-hidroxiindol como tratamiento potencial para esta enfermedad. Kommagani agregó que "curiosamente, nuestros hallazgos podrían tener relevancia para otra condición. El perfil de metabolitos que identificamos en la endometriosis es similar al observado en la enfermedad inflamatoria intestinal, lo que sugiere conexiones interesantes entre ambas enfermedades". Esto refuerza el papel del microbioma tanto en la endometriosis como en la enfermedad inflamatoria intestinal.