Desde que la viruela del mono, ahora denominada mpox, emergió en regiones fuera de su área endémica tradicional, el mundo ha estado en alerta. La enfermedad, que fue declarada una emergencia de salud pública internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022, ha suscitado una gran preocupación global, especialmente por su propagación en lugares fuera de África, donde históricamente se concentra.
En Europa, España se ha convertido en el epicentro de la mpox, registrando cifras alarmantes que requieren atención y medidas inmediatas.
La viruela del mono es causada por el virus Orthopoxvirus, que está estrechamente relacionado con el virus de la viruela humana. Aunque se pensaba que este virus afectaba principalmente a roedores y primates no humanos, también puede infectar a seres humanos.
El virus se transmite principalmente a través del contacto cercano con fluidos corporales, lesiones en la piel o membranas mucosas, así como por gotículas respiratorias.
Los síntomas de la viruela del mono incluyen fiebre, erupción cutánea, hinchazón de los ganglios linfáticos, dolor de cabeza, dolores musculares y en la espalda, escalofríos y fatiga. La enfermedad suele durar de dos a cuatro semanas y, aunque generalmente no es fatal, puede causar complicaciones graves, especialmente en personas con sistemas inmunológicos comprometidos o con otras condiciones de salud.
España como epicentro europeo de la mpox
Desde el brote inicial en 2022, España ha reportado más de 8,000 casos confirmados de viruela del mono, convirtiéndose en el país con más casos en Europa y fuera de África.
De acuerdo con el Ministerio de Sanidad de España, la mayoría de los afectados son hombres con una edad promedio de 37 años. A pesar del gran número de casos, las autoridades sanitarias españolas consideran que el riesgo de transmisión generalizada y el agravamiento de la enfermedad es bajo, por lo que la vacunación contra la mpox se está restringiendo a grupos específicos de alto riesgo.
Estos grupos de riesgo incluyen a personas con prácticas sexuales de riesgo, como hombres homosexuales y bisexuales, personal sanitario que trabaja en consultas especializadas en infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH, así como personal de laboratorio que maneja muestras potencialmente contaminadas con el virus. También se incluye a los contactos cercanos de personas infectadas que no han contraído la enfermedad.
A pesar del alto número de casos en España y otros países, la viruela del mono no representa la misma amenaza global que el covid-19. El Dr. Hans Kluge, experto de la OMS, ha asegurado que, aunque la situación es seria, las autoridades sanitarias cuentan con el conocimiento necesario para controlar la propagación de la enfermedad.
"Podemos -y debemos- abordar la viruela del mono. Una respuesta enérgica en este momento, que incluya asegurar que las vacunas lleguen a las áreas más necesitadas, podría prevenir otro ciclo de pánico y descuido", afirmó Kluge.