Los zapatos fueron diseñados para proteger los pies, y desde muy temprana edad comenzamos a usarlos, pero surge la pregunta: ¿son realmente necesarios para los bebés? ¿Qué sucede si los pequeños van descalzos? En Debate abordamos estas cuestiones.
A pesar de la amplia variedad de pequeños zapatos disponibles en tiendas y de las recomendaciones de familiares, los especialistas indican que no es necesario calzar a los bebés en sus primeras etapas de vida.
Según la revista UNAMG Global, el Dr. Héctor González Cabello, pediatra de la UNAM, sostiene que los bebés no requieren zapatos hasta que comienzan a caminar, lo cual ocurre generalmente alrededor de los 18 meses. Durante sus primeros meses, los bebés pasan gran parte del tiempo explorando su cuerpo, y sus pies son esenciales para este proceso. Cubrir sus pies podría limitar su capacidad de percibir el entorno y afectar su desarrollo a largo plazo.
Permitir que los bebés vayan descalzos tiene múltiples beneficios. Los estudios muestran que calzarlos demasiado pronto puede acarrear más problemas que ventajas, entre ellos:
- Dificultades en el desarrollo óseo del pie.
- Disminución de la sensibilidad y los reflejos posturales.
- Posibilidad de deformidades en los dedos (como dedos en garra).
- Alteraciones en la forma de caminar.
Por lo tanto, es preferible que los bebés anden descalzos. Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid indica que los niños que pasan tiempo sin zapatos son más felices y se sienten más conectados con su entorno.
Respecto a la creencia de que los bebés descalzos pueden resfriarse, la pediatra Gloria Colli aclara que los resfriados son causados por virus que prosperan en ambientes fríos y húmedos, no por la temperatura de los pies. Si te preocupa el frío del suelo, puedes optar por calcetines antideslizantes, que ofrecen seguridad y comodidad mientras el bebé explora.
En cuanto a cuándo es apropiado ponerle zapatos a un bebé, se recomienda hacerlo una vez que comienza a caminar. Es fundamental elegir el calzado adecuado, que permita libertad de movimiento y proporcione estabilidad. Sin embargo, si el bebé se encuentra en un entorno seguro, es beneficioso dejar que camine descalzo, ya que esto no solo favorece su desarrollo motor, sino que también ayuda en la formación del arco del pie.
Dejar que el bebé ande descalzo contribuye a su desarrollo físico y emocional, ya que les permite explorar diversas texturas como alfombras, madera y césped, enriqueciendo su aprendizaje y fortaleciendo sus habilidades motoras.