El consumo de fentanilo, un potente opioide sintético, está generando creciente preocupación en México, con un incremento sostenido que preocupa a las autoridades de salud. Según un informe revelado por la Secretaría de Salud (SSa), este fenómeno está relacionado con la crisis de opioides que afecta a Estados Unidos y está teniendo un impacto significativo en diversas regiones mexicanas, especialmente en los estados del norte del país.
El informe de la SSa destaca un aumento constante en la demanda de fentanilo en México, vinculado directamente con la creciente crisis de opioides en Estados Unidos. Aunque el fenómeno se detectó por primera vez en 2017, el consumo ha ido en aumento, especialmente en estados como Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora.
La Ssa tiene registro de 10 casos de tratamiento médico por consumo de fentanilo que se reportaron en 2018, 25 más en 2019, 72 en 2020, 181 en 2021, 333 en 2022 y 430 en 2023 atendidos en Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora.
Impacto en la salud pública
El incremento en el consumo de fentanilo está teniendo graves repercusiones en la salud pública mexicana. Se han registrado un mayor número de casos de tratamiento médico por consumo de este opioide, así como un alarmante aumento en las urgencias médicas relacionadas con sobredosis. Además, se ha observado un preocupante número de defunciones asociadas al consumo de fentanilo, con un incremento notable desde 2017.
Los esfuerzos para contener el tráfico de fentanilo ilegal en México han resultado en un aumento en los decomisos de esta sustancia. Los estados del norte del país, como Baja California, Chihuahua, Sinaloa y Sonora, han sido identificados como áreas donde se han incautado cargamentos significativos de fentanilo. Estos datos sugieren posibles rutas de tráfico que conectan México con Estados Unidos, donde la demanda de fentanilo es alta.
