En los últimos cinco años, México ha llevado a cabo más de ocho millones de pruebas para detectar hepatitis C, lo que ha permitido identificar a 33 mil personas infectadas con el virus. Según Alethse de la Torre Rosas, directora general del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (Censida), el 95% de los pacientes que siguieron el tratamiento lograron la curación.
Este progreso fue el tema central de la primera Reunión Nacional de Alto Nivel para la Eliminación de las Hepatitis Virales hacia 2030, organizada por los Servicios de Salud IMSS-Bienestar y Censida el 26 de julio. Durante la reunión, de la Torre Rosas destacó que es factible erradicar la hepatitis C en México, dado que el ser humano es el único portador del virus. Además, el diagnóstico es simple y el tratamiento gratuito está disponible, facilitando así la cura.
El Programa Nacional de Eliminación de la Hepatitis C se enfoca en la detección temprana de la infección. Según de la Torre Rosas, el tratamiento oportuno puede curar la infección en dos o tres meses. Sin embargo, el 80% de las personas que no son diagnosticadas a tiempo desarrollan enfermedades crónicas como cirrosis o cáncer de hígado. Esto se debe a que el virus puede ser asintomático hasta por 30 años, lo que lleva a muchas personas a no hacerse las pruebas necesarias.
Las enfermedades hepáticas se han convertido en una de las principales causas de muerte y representan un problema de salud pública significativo en México. Desde 2019, se ha implementado un modelo integral de atención que incluye la seguridad en la atención, rectoría, redes de servicios integradas, atención a grupos vulnerables y políticas de igualdad de género.
El éxito del programa de eliminación de hepatitis C también se debe al trabajo conjunto entre instituciones y a la capacitación de más de 300 mil profesionales de la salud, quienes han sido entrenados en el uso de lenguaje inclusivo, libre de estigma y discriminación, y en el acceso a profilaxis posexposición. Este enfoque integral es esencial para abordar el estigma asociado con la enfermedad y asegurar que los pacientes reciban el tratamiento adecuado.
Además, Censida está desarrollando un proyecto para realizar tamizajes en personas hospitalizadas y, en colaboración con laboratorios privados, ha comenzado a implementar cuestionarios para identificar factores de riesgo y conectar a las personas con la atención médica necesaria.
La concienciación de la población es crucial. De la Torre Rosas subrayó la importancia de que todas las personas se realicen la prueba de hepatitis C al menos una vez en su vida, ya que esta medida preventiva puede salvar vidas al permitir una detección temprana y un tratamiento oportuno.
Carla Toledo Salinas, directora general en la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE), destacó que la eliminación de las hepatitis virales en México es una meta ambiciosa pero alcanzable. Para lograrlo, es esencial el apoyo continuo y el fortalecimiento de las instituciones del sector salud. La regionalización de los métodos de diagnóstico, tratamiento y seguimiento es fundamental para asegurar una atención de calidad en todo el país, sin importar la ubicación geográfica de los pacientes.
Toledo Salinas también mencionó que los institutos y hospitales coordinados por la CCINSHAE están llevando a cabo investigaciones que proporcionan nuevos conocimientos científicos sobre la hepatitis C y otras enfermedades infecciosas, lo que es crucial para mejorar las estrategias de prevención y tratamiento.
Por su parte, Natan Enríquez Ríos, comisionado de Autorización Sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), anunció que se está evaluando un nuevo medicamento que podría usarse para tratar la hepatitis C en niños, lo cual representa una esperanza adicional en la lucha contra esta enfermedad.