Un reciente estudio ha revelado que el ejercicio físico tiene beneficios más duraderos para la memoria de lo que se pensaba previamente.
Los investigadores descubrieron que los adultos de mediana edad y mayores mejoraban en las pruebas de memoria hasta un día después de haber realizado actividad física moderada o vigorosa. Actividades como caminar a paso ligero, bailar o subir escaleras son suficientes para observar estos efectos.
El estudio, dirigido por Mikaela Bloomberg del Instituto de Epidemiología y Atención de la Salud del Colegio Universitario de Londres, sugiere que los beneficios del ejercicio pueden persistir mucho más allá de unas pocas horas, como se creía anteriormente. La actividad física estimula el flujo sanguíneo al cerebro y la liberación de neuroquímicos que apoyan las funciones cognitivas, lo que podría explicar por qué estos beneficios duran hasta 24 horas, e incluso más en algunos casos.
Además, el estudio también observó que dormir más de seis horas y reducir el tiempo sedentario el día anterior contribuyó a una mejor memoria. Los participantes que pasaban menos tiempo sentados o realizaban ejercicio moderado o vigoroso tuvieron mejores resultados en pruebas de memoria a corto y largo plazo.
Para el estudio, 76 participantes usaron pulseras de seguimiento para monitorizar su actividad física, tiempo sedentario y patrones de sueño durante ocho días. También realizaron pruebas cognitivas diarias, que mostraron que una mayor actividad física moderada o vigorosa estaba vinculada con mejores rendimientos en la memoria de trabajo y la memoria episódica, así como en la velocidad psicomotora.
Por el contrario, pasar más tiempo inactivo se asoció con un peor rendimiento en la memoria de trabajo al día siguiente. Esto subraya la importancia de incorporar ejercicio físico y evitar el sedentarismo para mantener y mejorar la salud cerebral a medida que envejecemos.