Un estudio reciente sugiere que si tienes entre 40 y 50 años y experimentas dificultades para dormir o mantenerte dormido, esto podría ser un indicativo de un deterioro en la salud cerebral a medida que envejeces.
Clémence Cavaillès, autora principal del estudio y miembro de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), indicó que la investigación, que utilizó escáneres cerebrales para determinar la edad cerebral de los participantes, muestra que dormir mal puede estar asociado con un envejecimiento cerebral adicional de casi tres años en la mediana edad.
Este estudio, financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, fue publicado en la edición del 23 de octubre de la revista Neurology. El equipo de UCSF analizó a 589 personas que tenían un promedio de 40 años al inicio de la investigación. Todos completaron cuestionarios sobre sus hábitos de sueño tanto a los 40 como a los 45 años.
Las preguntas incluían si tenían problemas para conciliar el sueño, si se despertaban varias veces durante la noche o si se levantaban demasiado temprano. Con base en las respuestas, los investigadores identificaron seis características del sueño deficiente:
- Duración corta del sueño
- Mala calidad del sueño
- Dificultad para dormir
- Dificultad para permanecer dormido
- Despertarse temprano
- Somnolencia durante el día
Alrededor de los 55 años, todos los participantes se sometieron a escáneres cerebrales para evaluar el envejecimiento de sus cerebros. Tras ajustar variables como edad, sexo, hipertensión y diabetes, el equipo encontró que aquellos con cuatro o más características de mal sueño tenían cerebros, en promedio, 2.6 años "mayores" que aquellos sin ninguna o con solo una de estas características. Por otro lado, las personas que presentaban de dos a tres características de mal sueño mostraban cerebros un promedio de 1.6 años más viejos.
Es importante señalar que el estudio encontró correlaciones, pero no demostró que el mal sueño cause directamente un envejecimiento cerebral. Sin embargo, la Dra. Kristine Yaffe, coautora del estudio y vicepresidenta de investigación en psiquiatría de la UCSF, destacó que estos hallazgos subrayan la necesidad de abordar los problemas de sueño a una edad temprana para preservar la salud cerebral. Esto incluye mantener un horario de sueño regular, realizar actividad física, evitar la cafeína y el alcohol antes de dormir, y aplicar técnicas de relajación.
El equipo concluyó que investigaciones futuras deben centrarse en encontrar nuevas estrategias para mejorar la calidad del sueño y explorar su impacto a largo plazo en la salud cerebral de las personas más jóvenes.