La calidad del sueño es fundamental para nuestra salud, más de lo que comúnmente se piensa.
Investigadores del Brigham and Women’s Hospital, asociado a la Facultad de Medicina de Harvard, han descubierto que los patrones de sueño irregulares pueden incrementar considerablemente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, una de las principales pandemias del siglo XXI.
Un estudio publicado en la revista Diabetes Care revela que las personas cuyo horario de sueño varía más de 60 minutos entre días tienen un 34% más de probabilidades de padecer esta enfermedad. Este hallazgo se basa en el análisis de los hábitos de sueño de cientos de participantes a lo largo de una semana, con un seguimiento posterior de más de siete años.
Sina Kianersi, autora principal del estudio, explicó que las variaciones en la duración del sueño afectan los ritmos circadianos, esenciales para regular procesos metabólicos como el control de la glucosa en sangre. “Hemos identificado un factor de estilo de vida modificable que puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2”, afirmó Kianersi.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica caracterizada por la resistencia a la insulina, lo que genera niveles elevados de glucosa en la sangre. Si bien factores como la obesidad, la falta de ejercicio y la genética son conocidos desencadenantes, este estudio subraya la importancia de un buen descanso como medida preventiva.
El mal sueño influye en el metabolismo de la glucosa y en las hormonas relacionadas con el hambre, lo que aumenta el riesgo de obesidad y, en última instancia, de diabetes.
El equipo de Harvard también investiga los mecanismos biológicos de esta relación, especialmente en jóvenes de diferentes orígenes raciales, lo que podría revolucionar la prevención y el tratamiento de esta enfermedad.
Para mejorar la calidad del sueño y proteger la salud, se sugieren varias recomendaciones:
- Establecer un horario regular para dormir y despertar, incluso los fines de semana.
- Crear un ambiente adecuado para el descanso: mantener la habitación oscura, fresca y tranquila.
- Reducir el tiempo frente a pantallas al menos una hora antes de dormir.
- Practicar actividades relajantes antes de dormir, como leer o meditar.
- Evitar comidas pesadas, cafeína y alcohol antes de acostarse.
- Realizar ejercicio físico regularmente, pero evitar ejercicios intensos cerca de la hora de dormir.
Con más de 531 millones de personas afectadas por diabetes en el mundo, este estudio resalta la necesidad de abordar factores menos evidentes, como el sueño, para combatir esta enfermedad. Adoptar hábitos saludables no solo mejorará el descanso, sino que puede ser crucial para proteger la salud a largo plazo.