La diabetes mellitus es una enfermedad crónica y compleja que no solo aumenta los niveles de glucosa en sangre, sino que también predispone a los pacientes al desarrollo de condiciones graves como el cáncer y la demencia. Este vínculo se debe principalmente a mecanismos biológicos y procesos inflamatorios prolongados, característicos en personas con diabetes.
La deficiente metabolización de la glucosa genera la acumulación de residuos tóxicos en las células, lo que induce un estado de inflamación persistente. Este estado daña tanto las estructuras celulares como las conexiones neuronales, favoreciendo la formación de células cancerosas y el deterioro cognitivo, respectivamente, según explicó el doctor José Antonio Castañeda, especialista en cirugía bariátrica y pionero en transposición ileal.
Ante esta alarmante asociación, se han investigado alternativas terapéuticas innovadoras, destacando la cirugía de transposición ileal como un enfoque prometedor. Este procedimiento, aunque complejo y relativamente poco conocido, ha mostrado una alta efectividad para el control a largo plazo de la diabetes tipo 2. En países como México, India y Brasil, se han reportado resultados alentadores, con pacientes experimentando remisiones significativas e incluso la suspensión de medicación en algunos casos.
La técnica consiste en reposicionar el íleon, la última porción del intestino delgado, para que los alimentos lleguen a esta sección más temprano en el proceso digestivo. Este cambio estimula una respuesta hormonal que reduce los niveles de glucosa en sangre y favorece el crecimiento de las células beta responsables de producir insulina. A diferencia de las cirugías bariátricas, que suelen estar orientadas a personas con obesidad, la transposición ileal también se presenta como una opción viable para pacientes delgados con diabetes tipo 2, minimizando el riesgo de desnutrición asociado a otros procedimientos.
Sin embargo, este método enfrenta desafíos significativos. Su alta complejidad técnica requiere cirujanos especializados, ya que la operación puede durar hasta ocho horas. Además, la falta de acceso en hospitales públicos y la percepción de altos costos limitan su implementación, aunque los beneficios a largo plazo podrían superar los gastos iniciales al prevenir complicaciones graves como insuficiencia renal o enfermedades cardiovasculares.
Un desafío adicional en el manejo de la diabetes es la alta tasa de recaídas. Se estima que hasta un 58% de los pacientes tratados, ya sea con enfoques convencionales o quirúrgicos, recaen en los primeros años, a pesar de lograr un buen control inicial de los niveles de glucosa. Según el doctor Castañeda, esto subraya la importancia de un seguimiento multidisciplinario, incluyendo especialistas como oftalmólogos, neurólogos y angiólogos, para abordar cualquier complicación emergente.
Además de los avances quirúrgicos, los progresos en la detección temprana de complicaciones diabéticas son fundamentales para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como la demencia, reforzando la necesidad de un enfoque integral en el manejo de la diabetes.