Un estudio reciente ha vinculado una mutación genética en el gen KIF18A con un envejecimiento reproductivo acelerado y un mayor riesgo de aborto espontáneo en mujeres jóvenes. Esta mutación provoca que las mujeres produzcan óvulos de menor calidad a una edad más temprana, lo que reduce su fertilidad y aumenta la probabilidad de abortos espontáneos debido a anomalías cromosómicas en los óvulos.
Investigadores de la Universidad de Rutgers descubrieron que la variante genética en cuestión se asocia con una mayor producción de óvulos anormales. En su estudio, analizaron datos de una clínica de fertilización in vitro, identificando patrones en las secuencias de ADN materno relacionados con la fertilidad. Los ratones modificados para portar la variante genética también mostraron una producción anormal de óvulos a edades más tempranas.
Este hallazgo sugiere que la mutación en el gen KIF18A tiene una relación causal con los problemas de fertilidad y la mayor tasa de abortos espontáneos en mujeres más jóvenes. Además, los investigadores están explorando otras variantes genéticas que puedan contribuir a la infertilidad femenina.
Este avance podría llevar a la implementación de pruebas genéticas para evaluar el riesgo de aborto espontáneo y guiar a las mujeres en la toma de decisiones sobre su salud reproductiva. Por ejemplo, las mujeres podrían optar por congelar sus óvulos a una edad más temprana o planificar la maternidad antes de lo que habían previsto si tienen un alto riesgo genético. Este estudio fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.