La depresión no solo afecta la salud emocional, sino que también puede predisponer al cuerpo a desarrollar enfermedades físicas, como el herpes zóster o "culebrilla". Este trastorno, conocido por causar un dolor intenso y sarpullido, ha mostrado un vínculo cada vez más claro con la salud mental.
Cuando una persona sufre de depresión, su sistema inmunológico se debilita, lo que facilita la reactivación del virus de la varicela-zóster, que permanece inactivo en el cuerpo después de haber padecido varicela. Investigaciones recientes han demostrado que las personas con depresión tienen hasta un 30% más de probabilidades de desarrollar herpes zóster, y este riesgo aumenta si también sufren de insomnio, una afección común entre quienes padecen depresión.
¿Qué es el herpes zóster y cómo afecta la vida diaria?
El herpes zóster no es simplemente un sarpullido doloroso. Sus síntomas incluyen vesículas llenas de líquido, ardor y una sensación similar a "lava recorriendo la piel". En casos graves, puede causar neuralgia posherpética, un dolor persistente que puede durar meses o incluso años.
Valentina Lorea, una paciente que sufrió de herpes zóster, relató que el dolor fue tan severo que no podía caminar bien. Tiempo después, desarrolló síndrome de Meige, que afectó su visión. Su médico sugirió que el daño en sus nervios, causado por el herpes zóster, pudo haber desencadenado este trastorno adicional.
La depresión en México
En México, alrededor de 3.6 millones de adultos padecen depresión, pero solo el 1.6% recibe tratamiento con antidepresivos. Esto significa que la mayoría de las personas afectadas enfrentan la enfermedad sin la ayuda adecuada, lo que aumenta su vulnerabilidad a condiciones como el herpes zóster.
Prevención: cuidar la mente para proteger el cuerpo
A pesar de que el envejecimiento puede debilitar el sistema inmunológico, adoptar hábitos saludables es fundamental para fortalecer las defensas del cuerpo. Practicar "inmunofitness" (ejercicio regular, una dieta equilibrada, descanso adecuado y cuidado de la salud mental) es esencial para mantener el sistema inmunológico en óptimas condiciones.
La vacunación también juega un papel crucial. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la vacuna contra el herpes zóster puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad en más del 90%, con una eficacia que dura hasta 11 años. Esto resalta la importancia de cuidar tanto la salud mental como física para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.