Una nueva emergencia sanitaria global amenaza al mundo: la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vuelto a declarar al mpox, anteriormente conocido como viruela del mono, como una emergencia de salud pública de interés internacional. En esta ocasión, el brote se concentra en África, donde está expandiéndose a un ritmo alarmante y podría llegar a convertirse en una pandemia.
La situación recuerda a la crisis previa. Dos años después de la primera declaración de emergencia por mpox, el mundo enfrenta otro brote de esta enfermedad viral. Sin embargo, el actual brote presenta características preocupantes para los expertos.
A diferencia del brote de 2022, que se centró en Europa y Norteamérica y estuvo asociado principalmente con la transmisión sexual, el brote actual se enfoca en África y muestra una mayor diversidad de variantes virales. Esto indica una posible evolución del virus y una complejidad aumentada en su comportamiento.
En la República Democrática del Congo (RDC), el brote de mpox ha sido devastador. Desde principios de año, más de 14,000 personas han sido infectadas y al menos 524 han fallecido, según datos recientes de la OMS. Aunque la enfermedad es endémica en la RDC, el brote actual ha mostrado características preocupantes, incluyendo la aparición de casos en áreas previamente no afectadas.
La situación se ha agravado con la aparición de casos en países vecinos como Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda, donde la enfermedad nunca había sido reportada antes. La rápida expansión del mpox a nuevas regiones ha llevado a la OMS a tomar medidas drásticas para evitar una crisis sanitaria global.
Jean Kaseya, director general de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África (CDC África), subrayó la urgencia de actuar con rapidez. "Mpox es una realidad, está afectando a nuestros países. La gente está muriendo. Necesitamos enfrentar esto (...) Aprendimos de la COVID-19 y no queremos repetir el mismo error", dijo Kaseya, advirtiendo sobre la rápida propagación de la enfermedad.
La referencia a la pandemia de COVID-19 no es fortuita. La experiencia reciente con la COVID-19 ha demostrado las graves consecuencias de una respuesta tardía a un brote epidémico. Con el mpox, las autoridades sanitarias están decididas a evitar cometer los mismos errores, y la declaración de la OMS como emergencia de salud pública internacional es un paso crucial en este esfuerzo.