¿Cuándo debo preocuparme por las varices?

Las varices, que son venas prominentes y abultadas en las piernas, a menudo se perciben como un problema estético, pero pueden ser un indicativo de un trastorno venoso progresivo. Aunque muchas personas consideran las venas varicosas como un inconveniente visual, hay momentos en que es esencial prestarles atención y contemplar un tratamiento adecuado. A continuación, te explicamos cuándo deberías preocuparte y qué tratamientos están disponibles.

Las varices son venas dilatadas que han dejado de funcionar correctamente, lo que dificulta el retorno eficiente de la sangre al corazón. Este mal funcionamiento se debe, en parte, al fallo de las pequeñas válvulas en las venas que impiden que la sangre regrese hacia abajo. Cuando estas válvulas no cierran bien, la sangre se acumula en las venas, provocando su agrandamiento, torsión y visibilidad bajo la piel.

Las venas varicosas suelen formarse en las piernas, donde deben hacer un esfuerzo adicional para contrarrestar la gravedad. Profesiones que requieren estar de pie durante largos periodos, como la enseñanza o la entrega de paquetes, así como cambios hormonales como el embarazo o la menopausia, pueden incrementar el riesgo de desarrollar varices. Además, existe una predisposición genética, por lo que si tu madre o abuela las padecieron, es probable que tú también las desarrolles.

¿Son peligrosas las varices? Aunque las varices no suelen ser peligrosas en sus primeras etapas, es importante reconocer que no desaparecen por sí solas y tienden a empeorar con el tiempo. Inicialmente, pueden no presentar síntomas más allá de su apariencia, lo que las convierte en una preocupación más estética. Sin embargo, con el tiempo, pueden generar dolor, hinchazón, pesadez en las piernas, e incluso heridas o úlceras en la piel que son difíciles de tratar.

El Dr. Tony Lu, cirujano vascular del Hospital Houston Methodist, destaca que, aunque no representan un peligro para la vida o las extremidades, las varices pueden ocasionar molestias que afectan la calidad de vida. Además, si las venas afectadas están cerca de la superficie de la piel, un corte accidental puede provocar un sangrado significativo.

Síntomas que indican que es momento de preocuparse: Algunas personas pueden vivir con varices sin presentar síntomas graves, pero es recomendable buscar atención médica si notas:

- Pesadez en las piernas, especialmente al final del día.
- Fatiga y cansancio en las piernas.
- Hinchazón en las piernas o tobillos.
- Dolor que puede intensificarse al estar de pie por largos periodos.
- Cambios en la coloración de la piel por acumulación de hierro en las venas.
- Heridas o úlceras que no sanan fácilmente.

Si experimentas alguno de estos síntomas, podría ser el momento de consultar a un especialista.

Tratamientos para las varices: El tratamiento suele iniciar de forma conservadora, utilizando medias de compresión que aplican presión sobre las venas para reducir su tamaño y aliviar los síntomas. Según el Dr. Lu, este enfoque puede ser suficiente en las primeras etapas del problema.

Sin embargo, si las varices son más sintomáticas, puede ser necesario un tratamiento más avanzado. Uno de los procedimientos más comunes es la ablación, que utiliza calor, láser o pegamento para colapsar las venas dañadas y redirigir el flujo sanguíneo a venas más profundas. Este procedimiento es mínimamente invasivo y se realiza de manera ambulatoria, permitiendo a los pacientes reanudar sus actividades cotidianas rápidamente.

Aunque las varices en etapas tempranas no suelen ser motivo de preocupación, es fundamental no ignorarlas si comienzas a experimentar síntomas como dolor, hinchazón o fatiga en las piernas. Las venas varicosas pueden progresar con el tiempo, y es mejor abordar el problema antes de que se convierta en una preocupación mayor. Consultar con un cirujano vascular es el primer paso para evaluar la gravedad de tu caso y explorar las opciones de tratamiento más adecuadas para ti.